Contenidos temáticos
- Introducción
- ¿Qué es evaluación?
- Fines de la evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje
- Medios de evaluación
- La evaluación como proceso coherente
- Cualidades de los procedimientos de evaluación
- Utilidad de los instrumentos de medición
Desarrollo del tema
1. Introducción
La evaluación, como culminación del proceso de aprendizaje, es una de las tantas formas que adopta la reducción del proceso de enseñanza – aprendizaje, llegando a constituirse en un rito en que los oficiantes son las y los docentes y los sujetos del sacrificio las y los estudiantes.
Llámense exámenes finales, pruebas globales, pruebas especiales, la evaluación siempre encierra la amenaza del fracaso y conlleva la carga de ser medido lo que no se sabe que lo que sí se ha aprendido.
Muchos profesores consideran que la evaluación es un proceso no integrado a la enseñanza. Este criterio determina la poca atención concebida a la mediación de los logros parciales y totales de los objetivos de la enseñanza. Al mismo tiempo, esto hace depender la estimación del logro de los objetivos de juicios subjetivos como los siguientes: “yo sé lo que deben saber”, “todo es importante”. Otras veces, el profesor se conforma con repetir mecánicamente un programa sin adaptarlo ni mejorarlo.
La evaluación es un indicador importantísimo del progreso de la enseñanza y el aprendizaje. La evaluación de los adelantos del alumno es uno de los aspectos primordiales del trabajo del profesor. Tiene, por tanto, importancia fundamental para la enseñanza eficaz del maestro y a la vez para el aprendizaje del alumno.
Recuerde: Conviene juzgar la actuación del maestro y del alumno en relación con sus respectivos papeles de enseñar y aprender. Este juicio se realiza mediante el proceso de evaluación.

2. ¿Qué es evaluación?
Proceso para determinar el valor de algo y emitir un juicio o diagnostico, analizando sus componentes, funciones, procesos, resultados para posibles cambios de mejora.
En términos educativos es:
- Es el proceso completo de señalar los objetivos de un aspecto de la educación y estimar el grado en que tales objetivos se han alcanzado.
- Es el establecimiento del “estado actual” de la situación enseñanza-aprendizaje.
- Es el proceso que determina si se ha logrado éxito en lo que se propuso hacer.
3. Fines de la evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje
Los fines de la evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje son:
- Conocer los resultados de la metodología utilizada en la enseñanza y hacer las correcciones pertinentes.
- Retroalimentar el mecanismo de aprendizaje ofreciendo al alumno una fuente extra de información en la que se reafirmen los aciertos y corrijan los errores.
- Dirigir la atención del alumno a los aspectos más importantes del material de estudio.
- Orientar al alumno en cuanto al tipo de respuestas que se esperan de él.
- Mantener informado al alumno de su avance en el aprendizaje, para evitar la reincidencia en los errores.
- Reforzar oportunamente las áreas de estudio en que el aprendizaje haya sido insuficiente.
- Asignar calificaciones justas y representativas del aprendizaje.
- Juzgar la viabilidad de los programas de acuerdo con las circunstancias y condiciones reales de operación.
- Planear las experiencias de aprendizaje atendiendo a la secuencia lógica de los temas y a la coherencia estructural del proceso.
4. Medios de evaluación
La escuela moderna se interesa en evaluar la comprensión, el conocimiento, la apreciación, la destreza, la capacidad y el aprovechamiento. Para ello, el maestro tiene que echar mano de toda una variedad de tipos de estimación:
- observar al alumno en el salón de clases,
- en el laboratorio,
- en otras situaciones de instrucción, y
- aplica pruebas en el salón de clases.
La evaluación no debe hacerse con base en un solo tipo de estimación; y será más completa en la medida que utiliza varios tipos de testimonios y los integra hasta formar un juicio de valor de la eficacia de la actividad educativa.
Es complicado tener al alcance todos los “instrumentos” para llevar a cabo una evaluación detallada y los especialistas coinciden en señalar que las pruebas (bien planeadas y elaboradas), se convierten en el fundamento primordial de la estimación de los adelantos.
5. La evaluación como proceso coherente
Algunos docentes tiende a proponerles a los alumnos ciertas actividades que desarrollen sus capacidades analíticas y reflexivas, pero que en un momento de evaluación formal, sólo les pidan nombres, acontecimientos, lugares, fechas, nombres de personajes, o en el mejor de los casos, que repitan casi textualmente lo que se ha aseverado respecto de un contenido determinado.
Es por eso que afirmamos lo siguiente: los(as) profesores(as) no deben adoptar una forma metodológica en sus clases y adoptar otra en el momento de una evaluación formal (entendida ésta como una instancia donde el docente requiere información para observar avances o retrocesos en los procesos pedagógicos y que es diferente a la evaluación permanente que ya mencionáramos), para no provocar en el estudiante un quiebre total de sus modelos y sus estructuras categoriales.
La coherencia aludida debe atender también, entonces, a las expectativas de los alumnos.
6. Cualidades de los procedimientos de evaluación
Validez y confiabilidad de las pruebas
Es posible que cuando un profesor evalúa a sus alumnos se encuentra con estas preguntas:
¿Hasta qué punto es válido mi procedimiento?
¿Qué tan precisa es la calificación que otorgo?
¿Hasta qué punto habría concordancia en las dos mediciones si otra persona midiera a mis alumnos?
¿Qué tan confiable es mi evaluación?
Estas preguntas, que en algún momento angustiarán al profesor, quedan tentativamente resueltas en la medida en que los procedimientos que se emplean para hacer una evaluación los siguientes requisitos:
– Poseen validez.
– Poseen confiabilidad.
– Poseen un valor práctico.
La validez se refiere al grado hasta el cual la prueba sirve a su propósito con respecto al grupo para el cual ha sido desarrollada.
El concepto de validez sólo tiene sentido si se especifica el objetivo de la prueba.
Determinar la validez
Existen dos tipos de testimonios de validez:
- Validez de contenido. Una prueba tiene validez de contenido en la medida en que las tareas que presenta el examinando correspondan a los objetivos aceptados en un curso o un programa; es decir, en la medida en que el esquema de la prueba incluye los objetivos del curso y los ítemes (preguntas) de la prueba correspondan al esquema. Procedimiento. Examine y analice los objetivos del curso (o de la unidad), y asegúrese de que su procedimiento mide su logro.
- Validez de criterio. La validez debe evaluarse siempre en relación con la situación específica en que ha de usarse una medida, un test es válido para ALGO. Ese algo debe ser definido según un criterio.
Los básico en la validez es siempre la de saber hasta qué punto la prueba sirve al propósito para el cual fue hecha. Lo que importa al profesor cuando usa pruebas de aprovechamiento es establecer la relación entre las respuestas y las preguntas de las pruebas, y de éstas con todo un universo de situaciones que el estudiante encontrará en la vida real.
Flexibilidad en la evaluación
Cada momento de evaluación, ya sea formal o no-formal, es distinto, en tanto las situaciones y circunstancias lo ameriten. Es importante, por tanto, tener en cuenta el contexto inmediato en el cual se inserta la evaluación para, a partir de éste, elaborar criterios coherentes entre el proceso y la evaluación.
Podemos mencionar aquí que resulta muy importante en la relación pedagógica, que el docente explicite los objetivos de la evaluación, para incorporar activamente al alumno o alumna en el proceso, es decir, un estudiante que sabe lo que se le pide, evidentemente podrá tener referentes claros y responderá mejor a las exigencias evaluativas.
Confiabilidad
Es la exactitud y precisión de un procedimiento de evaluación. Los índices de confiabilidad señalan el grado en que una medición determinada es adecuada y reproducible.
Una medida es confiable en la medida en que un individuo es mas o menos el mismo en mediciones repetidas. La medición confiable implica también que el individuo permanezca aproximadamente en la misma posición dentro del grupo.
Este grado de estabilidad o precisión en la medida puede ser estimado de la siguiente manera:
- Repetición de la misma prueba.
- Administración de una segunda forma “equivalente” a la prueba.
- Subdivisión de la prueba en dos o más equivalentes.
Existen tres fuentes principales de variación, que influyen sobre las calificaciones de las pruebas:
- Confiabilidad del calificador. Puede darse una disminución de la confiabilidad causada por el que califica; por esto, una calificación puede ser poco confiable, generalmente, esto se debe a que depende demasiado del juicio de la persona que califica. La falta de confiabilidad ocasionada por el criterio de la persona calificadora se hace más evidente cuando se comparan las calificaciones asignadas por dos profesores distintos, pero de igual competencia en su materia.
- Confiabilidad de contenido de las pruebas. Una segunda fuente de falta de confiabilidad en las pruebas es fruto de muestreos inadecuados del contenido de la materia. La prueba puede ser inadecuada, por ser muy pequeña; en este caso las calificaciones dependerán casi en su totalidad de cierto tipo de ítemes con la exclusión de otros contenidos. Pero aunque la prueba sea grande, puede no ser representativa si algunas partes de la materia son descuidadas y otras sobrevaloradas.
- Confiabilidad en el curso del tiempo. La inestabilidad temporal de la medición es una tercera fuente de falta de confiabilidad; es decir, cualquier variedad de factores que pudieran dar como resultado que el estudiante obtuviera calificaciones diferentes en la misma prueba, si ésta se aplicase en distintas ocasiones.
7. Utilidad de los instrumentos de medición
La validez y la confiabilidad son requisitos importantes en las medidas con fines de evaluación, pero también debe tomarse en cuenta el carácter meramente práctico de los instrumentos de medición.
Hay que revisara la extensión de la prueba; conviene tener una medida confiable por minuto de la duración de la prueba.
Después hay que verificar si una prueba será fácil de resolver si cuenta con instrucciones claras y precisas, y si se distribuyen los ítemes que implican mayor dificultad para ser resueltos.