Desarrollo y habilidades personales

Economía doméstica

Contenidos temáticos

  1. Definición de economía domestica
  2. Gasto
  3. Tipos de gasto
  4. Reglas de la buena economía doméstica
  5. Para mejorar la economía familiar
  6. Cómo ahorrar en productos de limpieza
  7. Cómo ahorrar en alimentación
  8. Consejos para ahorrar en el supermercado

Desarrollo del tema

1. Definición de economía doméstica

Economía doméstica, estudio de los recursos individuales y familiares, y de la gestión de la vida familiar, como enseñanza integrada en las escuelas. Inicialmente hacía referencia a las tareas domésticas (cocina, nutrición, mantenimiento de la vivienda, corte y confección, manualidades e higiene); sin embargo, hoy engloba otras materias: educación infantil, relaciones familiares, tecnología de la alimentación, educación del consumidor, gestiones institucionales, vestidas y textiles, y diseño interior, entre otras.

Estos cursos se imparten en la escuela primaria y secundaria, en los centros de formación profesional y de educación de adultos; y en ellos participan estudiantes de ambos sexos. La temática ha cambiado y no sólo engloba los quehaceres puramente domésticos, sino todas las fases de la gestión de la vida familiar.

En algunos países latinoamericanos la economía doméstica se encuentra dentro de la oferta educativa de la enseñanza superior.

2. Gasto

En el uso común, un gasto es un egreso o salida de dinero que una persona o empresa debe pagar para un artículo o por un servicio. Para un inquilino, por ejemplo, el alquiler es un gasto. Para un estudiante o los padres de familia, la matrícula escolar es un gasto. El comprar alimentos, ropa, muebles o un automóvil es también considerado un gasto. Un gasto es un costo que es “pagado” o “remitido” normalmente a cambio de algo de valor.

Lo que pareciera costar mucho se considera “caro”, mientras que lo que pareciera costar poco es “barato“. Sin embargo, hay sustancial diferencia entre el dinero que destina una persona (porque ella no lo recupera), del dinero que destina una empresa. Porque la empresa sí lo recupera al generar Ingresos, por lo tanto no lo “gasta” sino que lo utiliza como parte de su inversión.

En contabilidad, se denomina gasto o egreso a la anotación o partida contable que disminuye el beneficio o aumenta la pérdida de una sociedad o persona física. Se diferencia del término costo porque precisa que hubo o habrá un desembolso financiero (movimiento de caja o bancos).

3. Tipos de gasto

Hay tres tipos de gastos:

  • Gastos fijos: Son aquellos que son invariables y comprenden: el alquiler de la vivienda- o pagarés, por su compra -, la alimentación, los recibos de la luz, el teléfono, el gas, etc.
  • Gastos variables: Son los que tienen periodos fijos de desembolso, pero que por ser más o menos habituales pueden preverse. Como la ropa, el calzado, las reparaciones, etc.
  • Gastos extraordinarios: Son aquellos que pueden o no presentarse y por tanto, no es posible contar con ellos. Un ejemplo de estos: Un viaje inesperado, un tratamiento médico, un accidente o una enfermedad.

La renta familiar debe repartirse atendiendo en primer lugar a los gastos fijos, a los que se asignará una cantidad asimismo fija. Después, a los variables, destinándoles una parte razonable dictada por la lógica y la experiencia. El resto formará una especie de “caja de compensación” para situaciones imprevisibles que, de no producirse, pasará a incrementar el ahorro.

4. Reglas de la buena economía doméstica

  • Gastar siempre menos de lo que se tiene, aunque no menos de lo necesario.
  • Saber comprar o, lo que es igual, comprar bien; pero esto no significa comprar barato, sino comprar cuando los precios nos convienen.
  • Desconfiar de las gangas y de los artículos rebajados, pues suelen ser de calidad inferior y ponen en peligro nuestra salud, si se trata de alimentos.
  • Comprar barato significa casi siempre comprar dos veces, la primera de ellas tal vez cegados por la publicidad.
  • No comprar algo “Por si un día se necesita”, sino cuando realmente es necesario.
  • Huir del reclamo de los saldos orientado a fomentar la adquisición de productos prescindibles.
  • No comprar al por mayor si no se tiene experiencia en ello o capacidad de almacenamiento, en el caso de los alimentos.
  • No hacer gastos anticipados sobre posibles ingresos o futuras ganancias.
  • Anotar cuidadosamente todos los gastos diarios, sin olvidar los “Pequeños detalles”.
  • Atender las averías y desperfectos graves de forma inmediata: los arreglos aplazados no hacen sino incrementar el gasto de un principio.
  • Hacer obligatoriamente el presupuesto mensual, separando en primer lugar la cantidad para los gastos fijos, que bajo ningún concepto deben emplearse en otra cosa.

5. Para mejorar la economía familiar

  • Ahorrar en recursos y servicios. Establezcan reglas básicas de ahorro para reducir los gastos por servicios, por ejemplo, apagar las luces cuando la habitación esté desocupada y no dejar abiertas las llaves de agua.

Esto traerá ahorros económicos en los recibos mensuales, pero también importantes beneficios al medio ambiente.

  • Fomentar la comunicación abierta con relación al tema del dinero. Es muy importante que todos puedan hablar y manifestar sus inquietudes acerca del manejo de las finanzas, para que exista un sano acuerdo en su distribución.
  • Crear un fondo de ahorro para gastos inesperados, como accidentes, enfermedades, composturas de la casa, entre otros. De esta forma, los imprevistos no afectarán el pago de los servicios ya programados.
  • Establecer metas familiares. Así cada miembro sabrá que para proyectos mayores, es mejor trabajar en conjunto. También aprenderán a compartir y a negociar.
  • Permitir que todos los integrantes de la familia dispongan de cierta cantidad para consumo individual.

Es importante que cada quien pueda decidir, de forma personal, qué hacer con ese dinero y a qué destinarlo. Los proyectos familiares no deben truncar las metas personales.

  • Marcar una línea entre qué es personal y qué es familiar, tanto en ingresos como en gastos. Para lo familiar, siempre debe existir un acuerdo donde participen y decidan todos los miembros.

6. Cómo ahorrar en productos de limpieza

Para ahorrar en los productos de limpieza necesitaremos cinco ingredientes básicos: vinagre, jabón natural, limón, alcohol de quemar y glicerina.

  • El vinagre actúa contra la grasa y es un buen ambientador.
  • El jabón natural podemos elaborarlo también nosotros mismo a partir de: aceite usado, agua, sosa cáustica. Con él aumentamos la eficacia del agua a la hora de la limpieza.
  • El limón es antioxidante, quita las manchas y tiene un aroma refrescante.
  • El alcohol también actúa como limpiador, desinfectante y antigrasas.
  • La glicerina es un producto con multitud de usos que nos permitirá usar como limpiador en determinadas superficies.

La limpieza de metales

Para darle brillo y realzar el lustre de los artículos de plata, aplique una capa fina de pasta de dientes que no sea en forma de gel y frótelos con un paño húmedo ó límpielos con un paño húmedo pasado por bicarbonato de soda. Púlalos hasta que se sequen.

Limpie los artículos de latón frotándolos con un paño mojado con una pequeña cantidad de salsa inglesa (conocida como Worcestershire) o jugo de limón. Luego enjuáguelos con agua tibia enjabonada y séquelos completamente. Otros artículos metálicos se pueden limpiar con hojas de repollo. Frótelos con las hojas y luego púlalos hasta que se sequen.

La limpieza del horno

Evite el olor —y el costo— de los productos de marca y limpie el horno esparciendo 1/2 taza o más de bicarbonato de soda y rociándolo con agua. En la mañana del día siguiente, los restos de comida incrustados deben ser fáciles de raspar. Enjuague el horno con agua y séquelo.

7. Cómo ahorrar en alimentación

  • Planificar bien las compras diarias, semanales.
  • Utilizar productos de temporada, son más baratos y más sanos.
  • Buscar recetas baratas.
  • Controlar y comparar los precios de los alimentos.
  • Conservar los alimentos apropiadamente.
  • Aprovechar las sobras para hacer nuevos platos.
  • Hábitos de comida racionales y no compulsivos.
  • Reducir el gasto innecesario en comida.
  • Llevar una contabilidad. Llevar una pequeña contabilidad con nuestros gastos semanales en cocina.
  • Analizar e identificar buenas ofertas.
  • Prescindir de caprichos caros innecesarios.
  • Mejorar nuestras técnicas de cocina, aumentado le rendimiento de lo que hacemos y evitando derroches innecesarios.

8. Consejos para ahorrar en el supermercado

  • El dinero que tiene para usar en el supermercado, divídalo en cantidades iguales semanales.
  • Busque anuncios en los periódicos acerca de las ofertas y cupones.
  • Planeé anticipadamente.
  • Haga la mayoría de sus compras una sola vez a la semana.
  • Haga una lista y sígala.
  • Váyase de compras usted solo.
  • Vaya cuando no tenga hambre.
  • Compare las marcas.
  • Compare diferentes tiendas.
  • Compare la forma de los productos.

Recurso didáctico de apoyo