Competencias de astronomía

Cuerpos celestes

Introducción

Es posible que hayas encontrado la palabra cuerpo celestial en un libro de texto de ciencias en algún momento u otro. ¿Alguna vez te has preguntado qué son los cuerpos celestes? Los cuerpos celestes o cuerpos celestes son objetos en el espacio como el sol, la luna, los planetas y las estrellas. Forman parte del vasto universo en el que vivimos y suelen estar muy lejos de nosotros.

Desarrollo del tema

1. Las estrellas

Las estrellas son cuerpos esféricos compuestos de un 75 por ciento de hidrógeno, 23 por ciento de helio. El 2% restante corresponde a los elementos comunes en la Tierra; carbono, nitrógeno, oxígeno, magnesio, sodio, aluminio, silicio, azufre, potasio, calcio, hierro, entre otros. Estas esferas de gas brillan gracias a las altas temperaturas que se generan en su núcleo central, debido al proceso de fusión del hidrógeno, que es lo que en definitiva produce la energía. El número de estrellas observables a simple vista desde la Tierra se ha calculado en un total de 8.000, la mitad en el hemisferio norte celeste y la otra mitad en el sur. Durante la noche no se pueden ver más de 2.000 al mismo tiempo en cada hemisferio.

Imagen 1. Durante la noche no se pueden ver más de 2.000 al mismo tiempo en cada hemisferio.

Los astrónomos han calculado que el número de estrellas de la Vía Láctea, la galaxia a la que pertenece el Sol, asciende a cientos de miles de millones. A su vez, la Vía Láctea es sólo una más de entre los varios cientos de millones de galaxias visibles mediante los potentes telescopios modernos.

Vida de las estrellas

Nacimiento de las estrellas

La etapa inicial de formación de una estrella se denomina protoestrella. En este estado, al descender la temperatura alcanzada en el momento de la Gran Explosión la futura estrella se compone de un conjunto denso de gases (hidrógeno y helio) y polvo que se colapsan hacia un centro común por efecto de la gravedad. Aún no se inicia el proceso de combustión y no emiten luz. Las protoestrellas son detectadas por la emisión de rayos infrarrojos y de ondas de radio. Actualmente se conocen varios conglomerados infrarrojos, o regiones de formación de estrellas.

Piensa una inmensa nube obscura solo iluminada por la tenue luz estelar, que flota en el espacio vacío. Es poco densa, pero no es uniforme. Hay lugares donde la densidad es levemente mayor que el promedio.

Poco a poco, en parte por azar y en parte por una pequeña acción gravitacional la nube de gas empieza a condensarse alrededor de ese punto de mayor densidad. El proceso es lento, puedes estar varios miles de años sin que veas nada fuera de lo común en una nebulosa como la que te imaginas ahora. Son necesarios millones de años. Y una gran paciencia.

Mil años mas tarde, en el interior de la nube encontramos una bola incandescente 20 veces mas grande que el sol y 100 veces más brillante que este. El calor en su interior es suficiente para producir reacciones termonucleares con el hidrógeno del núcleo. Acaba de nacer una estrella.

Pero el nacimiento de una estrella no siempre tiene un final feliz: Una protoestrella con masa menor a 0.08 masas solares no genera la suficiente temperatura y presión en su interior para producir las reacciones termonucleares necesarias para ser una estrella. En tal caso se convierten en enanas marrones.

Por otro lado si la protoestrella tiene una masa mayor a 80 masas solares será tal la temperatura que la presión de la radiación impedirá la condensación de la nube.

Madurez de las estrellas

Al calentarse una protoestrella (proceso que dura en aproximadamente 1 millón de años) se inicia el proceso de combustión nuclear y emite luz. En su madurez, una estrella es un cuerpo gaseoso con dos fuerzas en equilibrio: la gravitacional empuja hacia el centro y la combustión nuclear con empuje hacia fuera. En esta etapa la estrella consume hidrógeno y, como residuo, genera núcleos de helio. La duración de la secuencia principal por tanto depende de la masa de la estrella. Para una estrella como el Sol, su vida media es de 10,000 millones de años.

Una vez que la estrella empieza a conformarse como tal, debe respetar dos equilibrios fundamentales durante toda su vida.

  1. El equilibrio térmico, es decir que toda la energía producida en su interior debe estar balanceada con la energía que es radiada al exterior, y además con su temperatura interna.
  2. El segundo equilibrio es el equilibrio hidrostático; la presión a cualquier profundidad de la estrella debe ser suficiente para compensar el peso de las capas superiores.

Ambos equilibrios se mantienen a lo largo de millones de años, hasta que el combustible nuclear empieza a agotarse. El tiempo que toma agotar el hidrógeno en su núcleo depende de la masa de la estrella; asi las de mayor masa (alrededor de 70 masas solares) les bastan 300 000 años para agotarse, mientras que las de menor masa (menor a las del sol) tienen algo de 200 000 millones de años para agotar sus reservas de hidrógeno.

Cuando se termina este elemento comienza un proceso llamado combustión de helio, ya que al quedar solo el mencionado elemento, la estrella lo utiliza para seguir funcionando. Pero quemar helio es más difícil que quemar hidrógeno, ya que la repulsión eléctrica es el doble. En consecuencia la temperatura en el interior debe aumentar para que dicha combustión se lleve a cabo, y efectivamente esto sucede.

Debido a que la estrella va quemando paulatinamente los restos de su combustible original, la presión de la radiación cede (a consecuencia del agotamiento del combustible) ante el peso de la estrella. Como consecuencia el núcleo se contrae cada vez más, y a causa de esto aumenta dramáticamente su temperatura desde 15 millones de grados, a 100 millones de grados! literalmente el cielo es el límite.

En la última fase del agotamiento, el hidrógeno se empieza a consumir en las afueras del núcleo, con lo que la luminosidad se incrementa y la estrella entera se expande, al expandirse su superficie se enfría con lo que su coloración se vuelve mas rojiza, la estrella se convierte en una Gigante Roja.

Muerte de las estrellas

Cuando el hidrógeno del núcleo de la estrella se ha consumido casi por completo, el núcleo no puede compensar la gravedad e inicia el colapso hacia su centro. Esto provoca un notable incremento en la temperatura. Con la temperatura más elevada, el hidrógeno de la superficie de la estrella arde de forma más violenta y ésta se expande. A esta fase se le conoce como gigante roja. Cuando nuestro Sol llegue a esta etapa de su vida, su tamaño se incrementará tanto que llegará a la órbita de la Tierra.

Conforme el núcleo de una gigante roja se sigue comprimiendo, la temperatura sigue incrementándose hasta que es posible la fusión del helio en carbono. Este es un proceso relativamente rápido, en el cual la estrella disminuye su tamaño y se compacta, pasando por la fase de enana roja y, finalmente, termina siendo una enana blanca, que seguirá enfriándose lentamente durante millones de años.

El estado final de las estrellas (su ancianidad) transcurre como una Gigante Roja, pero su muerte, es decir, el modo en que muere depende decisivamente de la masa que posea. De este modo el astro puede terminar su vida apaciblemente como una enana blanca, o si tiene mayor masa puede llegar a ser (después de una supernova) una estrella de neutrones o en un caso extremo convertirse en un agujero negro.

Lo que siempre ocurre es que la estrella de algún modo se deshace de parte de su material; formando las llamadas nebulosas planetarias (quedando luego una enana blanca en su centro),o de otro modo liberan violentamente su material al exterior mediante una supernova.

Tipos de estrellas

Enana Blanca

En la etapa final de una Gigante roja, la región central de la estrella se contrae y arroja al espacio las capas externas. En su interior queda un tipo de estrella llamada enana blanca la cual tiene el tamaño de la tierra pero la masa de el sol. Esta clase de estrella se demora mucho en enfriar su superficie, la más fría tiene una temperatura de 3500 grados kelvin.

Supernova

Las estrellas de mayor masa, después de convertir su hidrógeno, pueden seguir quemando los demás componentes para formar elementos más pesados (carbono, oxígeno, neón, magnesio, silicio, y finalmente fierro). Cuando la estrella trata de extraer energía del átomo de fierro, sucede una reacción que absorbe la energía de la estrella. En ese momento la estrella se colapsa, desmoronándose en si misma y rebotando en el centro, ocurriendo así una gran explosión que destruye la estrella. Su brillo es considerable y puede ser hasta diez mil millones de veces más brillante que el sol. A esto se le llama Supernova.

Estrella de Neutrones

Cuando la estrella sobrepasa el límite de 1.4 masas solares sucede que la materia se comprime aún más que en una enana blanca, en ese momento los electrones de sus átomos chocan (al estar tán comprimidos) con los protones,formando un neutrón.En ese momento la estrella se vuelve una estrella de neutrones. El otro efecto es que su tamaño se reduce a alrededor de 10 kilómetros de diámetro, con mil millones de toneladas por centímetro cúbico!

Agujeros negros

Podemos tener una estrella de neutrones en el rango de 1 y 3 masas solares. Si una estrella esta colapsando tiene mas de 3 masas solares, la gravedad no podrá ser contrarrestada de ningún modo. De acuerdo con la teoría de la relatividad, ni siquiera la luz puede escapar de este cuerpo. Es por ello que se les llama agujero negro, pues no puede emitir ningún tipo de luz.

Constelación

Constelación, cualquiera de las 88 agrupaciones de estrellas que aparecen en la esfera celeste y que toman su nombre de figuras religiosas o mitológicas, animales u objetos. Este término también se refiere a áreas delimitadas de la esfera celeste que comprenden los grupos de estrellas con nombre.

Los dibujos de constelaciones más antiguos fueron hechos en conchas, vasijas y tableros de juego de los sumerios, que señalan que las constelaciones ya habían sido establecidas el 4000 a.C. Los sumerios le dieron el nombre a la constelación Acuario, en honor a su dios An, que derrama el agua de la inmortalidad sobre la Tierra. Los babilonios ya habían dividido el zodíaco en 12 signos iguales hacia el 450 a.C.

Las actuales constelaciones del hemisferio norte se diferencian poco de las que conocían los caldeos y los antiguos egipcios. Homero y Hesíodo mencionaron las constelaciones y el poeta griego Arato de Soli, dio una descripción en verso de 44 constelaciones en su Phaenomena. Tolomeo, astrónomo y matemático griego, en el Almagesto, describió 48 constelaciones, de las cuales, 47 se siguen conociendo por el mismo nombre.

2. Las galaxias

Las galaxias son un sistema de tres dimensiones de estrellas, las que orbitan gravitatoriamente interactuando entre sí, pero siempre alrededor de un mismo centro. El planeta tierra, está dentro de una galaxia llamada Vía Láctea , por lo que todas las estrellas que vemos en el cielo pertenecen a ella.

El Sol, es una estrella más dentro de esta gran galaxia, que no solo cuenta con estos astros, sino que además la componen planetas, cúmulos de estrellas, hidrógeno atómico, hidrógeno molecular, nitrógeno, carbono y silicio, entre otros elementos.

Todas las galaxias que conocemos hoy en día se han formado a partir del Big Bang. La expansión del Universo comenzó precisamente con esta gran explosión, que en sus primeros 700 mil años fue como una masa homogénea, pero que debido a la fuerza de gravedad se fue separando de a poco formando cúmulos de galaxias.

Algunas galaxias comenzaron a girar cada vez más rápido, aplanándose y convirtiéndose en galaxias espirales, como la Vía Láctea. Otras, en cambio, giraron muy poco y formaron galaxias elípticas. Las galaxias elípticas están compuestas de estrellas y se cree que todas ellas serían estrellas viejas. Dentro de estas galaxias hay una gran variedad de tamaños, desde las enanas (con un millón de estrellas) hasta las más masivas, que poseen más de un billón de estrellas.

Las galaxias espirales, en cambio, siempre contienen miles de millones de estrellas, muchas de las cuales son viejas. finalmente, están las galaxias irregulares, de las que son ejemplo las Nubes de Magallanes, manchas blanquecinas vecinas a la Vía Láctea, descubiertas por Hernando de Magallanes.

Las galaxias son los mayores conjuntos de miles de millones de estrellas en el Universo, todas interaccionando gravitatorialmente y orbitando alrededor de un centro común. Todas las estrellas visibles a simple vista desde la superficie terrestre pertenecen a nuestra galaxia, la Vía Láctea. El Sol es solamente una estrella de esta galaxia. Además de estrellas y planetas, las galaxias contienen cúmulos de estrellas, hidrógeno atómico, hidrógeno molecular, moléculas complejas compuestas de hidrógeno, nitrógeno, carbono y silicio entre otros elementos, y rayos cósmicos.

Estudio de las galaxias

Un astrónomo persa, llamado Al – Sufi, ha sido reconocido como el primero en descubrir el débil fragmento de luz en la constelación Andrómeda que sabemos ahora que es una galaxia compañera de la nuestra. En 1780, el astrónomo francés Charles Messier publicó una lista de objetos no estelares que incluía 32 objetos que son, en realidad, galaxias.

Estas galaxias se identifican ahora por sus números Messier (M); la galaxia Andrómeda, por ejemplo, se conoce entre los astrónomos como M31. En la primera parte del siglo XIX, miles de galaxias fueron identificadas y catalogadas por William y Caroline Herschel, y John Herschel. Desde 1900, se han descubierto en exploraciones fotográficas gran cantidad de galaxias. Estas, ha enormes distancias de la Tierra, aparecen tan diminutas en una fotografía que resulta muy difícil distinguirlas de las estrellas. La mayor galaxia conocida tiene aproximadamente trece veces más estrellas que la Vía Láctea.

En 1912 el astrónomo estadounidense Vesto M. Slipher, trabajando en el observatorio Lowell de Arizona, EE.UU., descubrió que las líneas espectrales de todas las galaxias se habían desplazado hacia la región espectral roja. Su compatriota Edwin Hubble interpretó esto como una evidencia de que todas las galaxias se alejaban unas de otras y llegó a la conclusión de que el Universo se expandía. No se sabe si continuará expandiéndose o si contiene materia suficiente para frenar la expansión de las galaxias, de forma que éstas, finalmente, se junten de nuevo.

Clasificación de las galaxias

Cuando se utilizan telescopios potentes, en la mayor parte de las galaxias sólo se detecta la luz mezclada de todas las estrellas; sin embargo, las más cercanas muestran estrellas individuales. Las galaxias presentan una gran variedad de formas. Las galaxias vienen en distintos tamaños: galaxias enanas, galaxias promedio, y galaxias masivas. La Vía Láctea es una galaxia espiral promedio. Tiene dos galaxias satélite que la orbitan. Estas galaxias enanas irregulares son la Pequeña y la Gran Nube Magallánica, descubiertas por el explorador Magallanes. El sistema más simple de clasificación de galaxias, inventado por Edwin P. Hubble, clasifica las galaxias como espirales, elípticas, o irregulares.

Galaxias elípticas

Se caracterizan morfológicamente por una estructura muy regular. Su densidad estelar es mucho mayor en el núcleo que en la periferia, lo cual las hace poseer un alto brillo superficial en la zona nuclear. Tienen un alto grado de simetría, cubriendo la gama de formas que va desde las galaxias esféricas a las elípticas. Están constituidas principalmente por estrellas amarillas y rojas, de temperaturas iguales o menores que el Sol. Todas son estrellas viejas formadas hace más de 12 mil millones de años. Casi no poseen manchas o regiones oscuras.

Galaxias espirales

Poseen dos componentes: un componente esférico con un halo de alta concentración central, que se asemeja mucho a una galaxia elíptica, y un disco muy achatado, cuyo espesor es aproximadamente un 10% de su diámetro. En él se encuentran zonas brillantes y zonas oscuras, que en muchas ocasiones constituyen una estructura espiral que sale del núcleo y se pierde en la zona externa del disco.

Las espirales poseen una cierta cantidad de gas y polvo en el disco, a partir del cual continúan formando estrellas. Los brazos espirales son los lugares donde se forman las estrellas. Las espirales se encuentran en rotación en torno a su núcleo.

Galaxias irregulares

Son muy semejantes a las espirales enanas, pero su tamaño menor parece no haberles permitido desarrollar una estructura espiral ordenada, formando estrellas en lugares aislados entre sí, lo que les da su apariencia caótica. Las galaxias irregulares son poco luminosas.

La Vía Láctea

Vía Láctea, también llamada la Galaxia, agrupamiento de estrellas con forma de disco, que incluye al Sol y a su Sistema Solar. Para un observador terrestre, el disco de la Galaxia aparece como una banda débilmente luminosa que se puede observar de noche extendiéndose a través del cielo, sobre todo en las noches de verano claras y sin luna. Antiguamente a esta banda se la llamó Vía Láctea (también Camino de Santiago), nombre que en la actualidad hace referencia a toda la galaxia.

Imagen 2. La Vía Láctea es una galaxia espiral donde se encuentra el sistema solar y a su vez la Tierra.

3. Los cometas

Los cometas son pequeños cuerpos de unos pocos kilómetros de diámetro, compuesto de los tres capas de hielo, principalmente hielo de agua, y para el resto de polvo rico en carbono. Debido a su larga órbita, estos objetos pasan la mayor parte de su tiempo en zonas remotas del Sol más allá de Neptuno y Plutón. Cuando un cometa llega al sistema solar interior, el hielo que conforma la superficie del núcleo se calienta bajo el efecto de la radiación solar. Los cometas se dividen en tres partes: núcleo, coma y cola. Su núcleo está compuesto de hielo y roca y está rodeado por una atmósfera nebulosa llamada cabellera o coma.

Historia de los cometas

Las apariciones de grandes cometas se consideraron fenómenos atmosféricos hasta 1577, cuando el astrónomo danés Tycho Brahe demostró que eran cuerpos celestes. En el siglo XVII el científico inglés Isaac Newton demostró que los movimientos de los cometas están sujetos a las mismas leyes que controlan los de los planetas.

Comparando los elementos orbitales de algunos de los primeros cometas, el astrónomo británico Edmund Halley mostró que el cometa observado en 1682 era idéntico a los dos que habían aparecido en 1531 y en 1607, y predijo con éxito la reaparición del cometa en 1759. Las primeras apariciones de este cometa, el cometa Halley, se han identificado ahora a partir de registros fechados en el año 240 a.C., y es probable que el brillante cometa observado en el año 466 a.C. fuera también este mismo. El cometa Halley pasó por última vez alrededor del Sol a principios de 1986. En su fase de alejamiento fue visitado en marzo de ese año por dos sondas cósmicas de construcción soviética, Vega 1 y Vega 2, y por otro vehículo espacial, llamado Giotto, lanzado por la Agencia Espacial Europea. También fue observado a gran distancia por dos astronaves japonesas.

El cometa Halley

El primer paso en el estudio de los cometas fueron realizadas por el astrónomo inglés Edmond Halley. Ha sido el cometa a partir del cual hemos comenzado a comprender al resto y el primero también en ser fotografiado desde el espacio. Las fotografías de las sondas espaciales nos muestran un cometa con forma de patata (8x8x16 km).

Los análisis de varias sondas espaciales, un mes después del perihelio, cuando el cometa se encontraba a una distancia del Sol similar a la de Venus, dan los siguientes resultados para la composición del gas expulsado del núcleo:

  • Agua 71%
  • Monóxido de carbono 16%
  • Formaldehído 6%
  • Dióxido de carbono 5%
  • Metano 1%
  • Amoníaco 1%
  • Ácido hidrocianúrico 0,1%

4. Otros cuerpos celestes

Asteroide

Estas son pequeñas rocas de forma irregular hechas de metal o minerales que orbitan alrededor del sol. La mayoría de ellos se encuentran entre Marte y Júpiter en un área conocida como el cinturón de asteroides.

Tamaños y órbitas

Los asteroides de mayor tamaño y más representativos son: Ceres, con un diámetro de unos 1.030 km, y Palas y Vesta, con diámetros de unos 550 km. Aproximadamente 200 asteroides tienen diámetros de más de 100 km, y existen miles de asteroides más pequeños.

La masa total de todos los asteroides del Sistema Solar es mucho menor que la masa de la Luna. Los cuerpos más grandes son más o menos esféricos, pero los que tienen diámetros menores de los 160 km suelen presentar formas alargadas e irregulares. La mayoría de los asteroides, sin tener en cuenta su tamaño, completan un giro sobre su eje cada 5 a 20 horas. Algunos asteroides tienen compañeros.

Los llamados asteroides Troyanos están situados en dos nubes, una que gira 60 grados delante de Júpiter, en su órbita, y la otra 60 grados detrás. En 1977 el asteroide Quirón fue descubierto en una órbita entre la de Saturno y la de Urano. A comienzos de la década de 1990 se descubrió que unos 75 asteroides (los asteroides de Amor) cruzaban la órbita de Marte, unos 50 (los asteroides de Apolo) cruzaban la órbita de la Tierra y menos de 10 (los asteroides de Atón) tienen órbitas más pequeñas que la de la Tierra. Uno de los asteroides interiores más grandes es Eros, un cuerpo alargado que mide 14 por 37 km. Un extraño asteroide de Apolo, Faetón, de unos 5 km de ancho, se acerca al Sol más que cualquier otro asteroide conocido (20,9 millones de km). También se le relaciona con el regreso anual de la corriente de meteoros de Géminis.

Composición de la superficie

Se cree que la mayoría de los meteoritos recuperados en la Tierra se piensa que son fragmentos de asteroides. Las observaciones de asteroides mediante espectroscopia telescópica y por radar apoyan esta hipótesis. Demuestran que los asteroides, al igual que los meteoritos, se pueden clasificar en pocos tipos.

Las tres cuartas partes de los asteroides visibles desde la Tierra, incluido Ceres, pertenecen al tipo C, lo cual parece estar relacionado con una clase de meteoritos conocidos como condritos carbonáceos. Se considera que son los materiales más antiguos del Sistema Solar, con una composición que refleja la de las primitivas nebulosas solares. De color extremadamente oscuro, probablemente causado por su contenido en hidrocarburos, presentan pruebas de haber adsorbido agua de hidratación. Así pues, a diferencia de la Tierra y de la Luna, nunca se han reblandecido o recalentado desde que se formaron por vez primera.

Los asteroides del tipo S, relacionados con los meteoritos pétreos-ferrosos, constituyen aproximadamente el 15% del número total. Mucho más raros son los objetos del tipo M, que se corresponden por su composición a los meteoritos ferrosos. Compuestos de una aleación de hierro y níquel, representan los núcleos de los cuerpos planetarios reblandecidos y diferenciados, a los que los impactos despojaron de sus capas externas. Unos pocos asteroides, entre ellos Vesta, quizá estén relacionados con la clase más extraña de meteoritos: los acondritos.

Estos asteroides parecen tener en su superficie una composición ígnea semejante a la de muchos torrentes de lava terrestres y lunares. Por lo tanto, los astrónomos están razonablemente seguros de que Vesta, en algún momento de su historia, se reblandeció de forma parcial. Los científicos se muestran desconcertados ante el hecho de que algunos de los asteroides se hayan reblandecido y otros, como Ceres, no. Una posible explicación es que el primitivo Sistema Solar contuviera ciertos isótopos concentrados, muy radiactivos, que hubieran generado el calor suficiente para reblandecer a los asteroides.

Meteoros

Los meteoroides son pedazos pequeños de polvo y piedra — la mayoría del tamaño de un chícharo o más pequeños — que se encuentran esparcidos por todo el sistema solar. Algunos de ellos terminan siendo «estrellas fugaces» , o meteoros, quemándose en un instante al descender apresuradamente por la atmósfera de la Tierra.

La mayoría de los meteoros que vemos en el cielo nocturno vienen de los cometas, los cuales dejan senderos de polvo y residuos detrás de ellos al hacer sus órbitas alrededor del Sol. Los meteoroides también pueden ser pedacitos de roca o polvo que se han desprendido de los asteroides o fragmentos de material que fueron arrojados de los planetas y las lunas al ser golpeados por objetos más grandes.

Unos cuantos meteoroides grandes caen a la tierra; estos se llaman meteoritos. Cientos de toneladas de meteoritos llegan a la superficie de la Tierra cada año, pero la mayoría son pedacitos de roca. Son muchos más los meteoros que se queman en la atmósfera de la Tierra que los meteoritos que llegan al suelo. La mayoría de los meteoritos contienen níquel y hierro. Son atraídos por un imán, y son muy pesados para su tamaño. Se formaron alrededor del mismo tiempo que se formó la Tierra, hace 4.5 billones de años. Ya que los meteoritos han sobrevivido sin transformaciones desde el comienzo del Sistema Solar, nos ayudan a entender las condiciones que existían en ese entonces. Los meteoritos grandes pueden dejar cráteres en la superficie de la Tierra, como los cráteres en la Luna, pero pocos son visibles ahora. El Cráter de Meteorito Barringer en Arizona es probablemente el cráter más famoso en la Tierra, aunque no es el más grande.

En 1908 un objeto grande se vaporizó justo arriba del suelo en Siberia, arrasando el bosque por 25 millas (40 km) alrededor y tumbando a la gente al suelo a 50 millas (80 km) de distancia. Pero objetos aún más grandes han golpeado a la Tierra en el pasado. Por ejemplo, evidencia del impacto por un meteoro inmenso en el Golfo de México puede explicar la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Algunos científicos creen que la explosión causada cuando este objeto golpeó la superficie cambió el clima del planeta entero, creando condiciones en las cuales los dinosaurios no podían sobrevivir.

Imagen 3. Las lluvias de meteoros ocurren cuando muchos meteoros aparecen en el cielo dentro de un período corto de tiempo.

Las lluvias de meteoros ocurren cuando muchos meteoros aparecen en el cielo dentro de un período corto de tiempo. Son causados por residuos de polvo y pequeñas partículas dejadas por los cometas. Cuando la Tierra pasa por el sendero de polvo dejado por el cometa, muchos pedazos de material entran a nuestra atmósfera y se queman. Las lluvias de meteoros generalmente ocurren al mismo tiempo cada año, cuando la Tierra llega a los lugares en su órbita donde hay gran concentración de residuos de cometas. Cuando un cometa ha regresado recientemente al interior del Sistema Solar y ha dejado un senderofresco de meteoros detrás de él, podemos ver una «tormenta» de meteoros, miles de estrellas fugaces que encienden el cielo por unos cuantos minutos.

Clasificación de meteoritos

Los meteoritos encontrados en la Tierra, según su composición, se clasifican en tres tipos:

  1. Ferrosos, (en la imagen) compuestos fundamentalmente de hierro, un pequeño porcentaje de níquel y rastros de otros metales, como el cobalto;
  2. Pétreos, meteoritos rocosos compuestos de silicatos
  3. Pétreos-ferrosos, que contienen proporciones variables tanto de roca como de hierro. Aunque, actualmente, se cree que la mayor parte de los meteoritos son fragmentos procedentes de los asteroides o cometas, recientes estudios geoquímicos han demostrado que algunas rocas de la Antártida proceden de la Luna y de Marte, desde donde, presumiblemente, fueron lanzadas por el impacto explosivo de asteroides. Los asteroides son, en sí mismos, fragmentos de pequeños planetas formados hace 4.600 millones de años mientras se formaba la Tierra. Se cree que los ferrosos corresponden a los núcleos de los pequeños planetas, mientras que los pétreos (los que no proceden de la Luna y Marte) corresponden a la corteza. Los meteoritos tienen generalmente una superficie irregular y una capa exterior carbonizada, fundida. Los más grandes golpean la Tierra con un tremendo impacto, creando cráteres profundos. El mayor meteorito conocido pesa aproximadamente 55 toneladas y se encuentra en Hoba West, cerca de Grootfontein, Namibia. El siguiente pesa cerca de 31 toneladas; se trata del Ahnighito (Tienda) y lo descubrió, junto con otros dos meteoritos más pequeños, en 1894, cerca de Cape York, Groenlandia, el explorador estadounidense Robert Edwin Peary. Compuestas fundamentalmente de hierro, estas tres masas han sido utilizadas desde hace mucho tiempo por los inuit para la fabricación de cuchillos y armas. Peary llevó el Ahnighito a Estados Unidos y se exhibe en el Planetario Hayden de Nueva York. El mayor cráter conocido que se cree ha sido producido por un meteorito se descubrió en 1950 al noroeste de Quebec. Tiene un diámetro de 4 km, contiene un lago, y está rodeado de paredes concéntricas de granito fragmentad.

Satélites

Los satélites son objetos que giran alrededor de planetas. Forman la parte esencial de los cuerpos celestes. Estos pueden ser de origen natural o enviados por humanos. La luna es un satélite natural de la tierra y gira alrededor de ella porque está unida por la atracción gravitacional de la tierra. El hombre también ha colocado satélites artificiales o hechos por el hombre alrededor de la tierra y otros planetas para estudiarlos y con fines de comunicación.

Satélites naturales

La Luna es el satélite de la Tierra, si bien la Luna y la Tierra tienen un tamaño tan similar que se las puede considerar en algunos momentos como un sistema de dos planetas. El movimiento de la mayor parte de los satélites conocidos del Sistema Solar alrededor de sus planetas es directo, es decir, de oeste a este y en la misma dirección que giran sus planetas.

Solamente ciertos satélites de grandes planetas exteriores giran en sentido inverso, es decir, de este a oeste y en dirección contraria a la de sus planetas; probablemente fueron capturados por los campos gravitatorios de los planetas algún tiempo después de la formación del Sistema Solar. Muchos astrónomos creen que Plutón(planeta enano), que se mueve en una órbita independiente alrededor del Sol, pudo haberse originado como satélite de Neptuno; recientemente se ha descubierto que el mismo Plutón tiene un satélite.

¿Qué es un satélite artificial?

El término de satélite artificial tuvo que ser incluido en fecha reciente, cuando el 4 de octubre de 1957 la entonces Unión Soviética lanzó el primer objeto que orbitara la Tierra causando un gran impacto en todo el mundo y traumando a los Estados Unidos que pensaban que estaban adelantados con respecto a los soviéticos. El primer satélite de Estados Unidos fue el Explorer 1, lanzado el 31 de enero de 1958.

Una definición es: «cualquier objeto puesto en órbita alrededor de la Tierra con gran variedad de fines, científicos, tecnológicos y militares». Otra definición es: «objeto hecho por el hombre puesto en órbita cerrada alrededor de la Tierra».

Estas definiciones tienen en común que orbitan la Tierra, esto los diferencia de los otros satélites que se han enviado a explorar el espacio (el Sol, la Luna, cometas, asteroides y todos los planetas con excepción). Pero debiéramos considerar como satélite artificial también los objetos que ha lanzado el hombre y que han quedado en órbita cerrada de otros planetas o satélites por ejemplo el Mars Global Surveyor que orbita alrededor de Marte.