Contenidos temáticos
- El alto potencial
- Autoentrenamiento para líderes
- Impulsar y gestionar el talento
- Reconocer las buenas ideas
- Ser un líder de alto potencial y tener una vida
Desarrollo del tema
1. El alto potencial
Todas las personas cuentan con habilidades y capacidades distintas. Incluso no todos los líderes son iguales cada uno conserva y explota sus propias cualidades para desenvolverse en su papel. Sin embargo, existen personas que destacan por alta eficiencia y visión. También denominados hipos por las siglas en inglés de high potencial, los líderes de alto potencial se distinguen por lo siguiente:
- “Han de pensar a gran escala”. Usualmente, estos líderes no pasan por alto un sueño o una meta. No importa cuán irreal parezca, no se detienen. Saben buscar información o allegarse a quienes tienen los conocimientos para conseguir los objetivos imaginados.
- “Buscan lo que necesitan para hacer realidad sus sueños”. No importa si se trata de una máquina, una persona o una inversión, un líder de alto potencial está decidido y busca ayuda o insumos. No tiene pena de pedir asesorías a otros líderes consagrados o a quienes ya han adquirido la experiencia necesaria.
- “Conocen el concepto ecosistema”. Una empresa no funciona por sí misma, sino que su funcionamiento depende de una red de proveedores o agentes para tener éxito. Los líderes ubican todas las partes de este ecosistema empresarial y detallan cada eslabón de la cadena. Buscan hacer procesos más eficientes y a menor costo a través de tecnología o la innovación.
- “Se adaptan rápidamente a lo nuevo”. Saben que una clave para el éxito es no rendirse frente a las adversidades y que en un mundo digital en el que todo cambia constantemente hay que saber adaptarse y reaccionar rápidamente y con inteligencia.
- “Tienen redes sociales diversas”. Conocen a personas de todo el mundo, han viajado, son sociables.
- “Tienen la mentalidad de cambiar el mundo”. Las historias de éxito que corren por el mundo, como la de Mark Zuckerberg, suelen ser su inspiración. Muestran una pasión por mejorar las cosas al cambiar las viejas fórmulas y los estereotipos.
Dadas estas características es fundamental saber que no es requisito para ser un líder de alto potencial ocupar un puesto directivo, en muchas empresas podrán colocarse en diversas áreas estratégicas para mantener o generar un crecimiento significativo. Uno de los grandes insumos que hay que destacar de estos líderes es que la energía que comparten con los miembros de sus equipos genera alta motivación y buenas sinergias.

2. Autoentrenamiento para líderes
La preocupación más común entre los líderes es cómo lograr sus metas y objetivos con el tiempo del que disponen, sin poner en riesgo su salud o sus relaciones personales. Lograr esto puede ser posible gracias a un entrenamiento constante que, con responsabilidad y compromiso, se lleve día a día, al seguir algunos puntos básicos:
- Sentirse bien cuando alguien es mejor. Adquirir consciencia de las fortalezas y debilidades propias siempre será mejor que sólo focalizarse en una u otra. Hacer una autoevaluación para ver cuáles son las habilidades en las que se flaquea generará un plan de trabajo que permita ejercitarlas hasta que se dominen. Saber que existen otros líderes o personas con mejores o mayores capacidades contribuirá a no adquirir complejos innecesarios. Acercarse a quienes tienen experiencia y conocimiento es una habilidad que todo líder debe desarrollar.
- Definir prioridades y objetivos reiteradamente. Hacer una lista puede ayudar, pero revisarla varias veces en un periodo determinado para renovarla es vital. Aprender a distinguir lo que es realmente prioritario ayudará a ganar tiempo para dedicárselo a lo que realmente resultará productivo.
- Gestionar la información. Actualmente existen caudales de información que podrían resultar inmanejables. Tener claros los objetivos y las prioridades determinará de qué información puede prescindirse, pero también determinará cuáles son los medios para recibirla, enviarla o buscarla. Los periódicos, internet, los libros y los videos se ofrecen en múltiples modalidades. Aprender a usarlos de manera eficiente ahorrará tiempo y energía. El cómo, cuándo y por qué obtener información es indispensable para un líder. Aprender a almacenarla y compartirla también es un insumo necesario.
- Delegar y supervisar. Conformar el equipo adecuado para ahorrar tiempo, dinero y conseguir las metas colectivas y personales es una de las tareas más complejas de un líder. Identificar quién es capaz de hacer qué es lo primero que hay que tener claro para asignarle una tarea, así como comunicar con claridad y de manera concreta lo que se necesita.
- Ser firme y decidido. Es muy común sentirse paralizado frente a retos o problemas contundentes. Hacer un análisis profundo de la situación y evaluar los posibles riesgos contribuirá a tener claridad sobre qué decisiones tomar. Precipitarse o adelantarse para tomar una decisión no es recomendable. La fórmula “40-70” consiste en no tomar una decisión si la información con la que se cuenta es menor al 40% Tampoco es recomendable esperar a tener el 70% de lo necesario; aunque no se tenga un porcentaje exacto basta con que la información oscile entre el 40% y el 70% para tomar una decisión menos riesgosa.
3. Impulsar y gestionar el talento
Un líder de alto potencial o un directivo de recursos humanos debe hacerse siempre un espacio en la agenda para encontrar, observar y definir los talentos de su equipo, de sus colegas e incluso de otros colaboradores clave en la empresa. Los líderes nunca deben quedarse con los primeros juicios o impresiones acerca de los miembros de una empresa o negocio. Para profundizar sobre las cualidades, habilidades, intereses y responsabilidades de cada colaborador pueden organizarse reuniones informales fuera de la oficina, comidas o cenas. Convivir en un tono menos formal podría ser de mucha utilidad para asignar el trabajo de la manera más adecuada y efectiva.
Hay que tener en cuenta la fórmula “calidad de la gente + adaptación al puesto + colaboración = rendimiento del equipo” para aprovechar el potencial de cada persona y para garantizar que se implementen reglas, prácticas, tareas y normas que fortalezcan los vínculos y la calidad de todo trabajo. Esta fórmula también ayudará a determinar cuáles son los cambios que el equipo necesita para no estancarse.
Aunque siempre sea una decisión difícil, un líder de alto potencial debe saber cuándo prescindir de alguien que no rinde los resultados esperados.
Mantener a alguien nocivo en un área de trabajo puede ser contraproducente para todos. Si después de observar o conocer a fondo las razones por las que alguien no está funcionando, aun cuando se le han ofrecido oportunidades y capacitación, lo mejor será desistir de mantenerlo en la compañía.

4. Reconocer las buenas ideas
Los líderes de alto potencial suelen tener gran iniciativa y arrojó a la hora de poner sobre la marcha proyectos, ideas y procesos. Aunque hacer realidad los sueños más complejos es algo que define a estos líderes, no está de más saber hacerse ciertas preguntas antes de poner en marcha una idea; por ejemplo: ¿Qué va a ocurrir si la idea se hace realidad? ¿Cuáles son las bases primordiales para construir el proyecto? ¿Podrán obtenerse ganancias de esta idea? ¿Alcanzará rentabilidad a largo o corto plazo? ¿Cuáles serán las principales barreras para implementarla al interior o exterior de la empresa? ¿El resto del equipo y los líderes consideran que esta idea o cambio es necesaria para mejorar algún proceso o alcanzar mayores metas?
Además de este cuestionario a conciencia, implementar grandes ideas requiere de un conocimiento profundo en términos operativos, tecnológicos, competitivos y de consumo. Conocer los rasgos internos de la empresa como el entorno global y mantenerse actualizado en materia informativa y tecnológica son tareas que el líder de alto potencial no debe dejar de lado.
¿Será el momento para cambiarse de empresa?
Es muy común sentirse sobrado en un puesto. Hay momentos clave en la trayectoria laboral de un líder para buscar nuevas oportunidades que se ajusten a su perfil y que le brindan nuevos retos. Lo primero que hay que tener claro es si la inquietud de buscar nuevos horizontes obedece a un ímpetu de crecimiento realmente o si se trata de una huida por aburrimiento, descontento o falta de oportunidades. Elegir saltar de una empresa a otra siempre traerá ventajas y desventajas particulares que sería mejor ponderar antes de tomar una decisión visceral.
Se trata de una búsqueda personal o de una oferta puesta sobre la mesa es necesario reflexionar si el nuevo cargo ofrecerá un desarrollo y crecimiento profesionales, la posibilidad de un ascenso o de poner en marcha nuevas ideas y proyectos echando mano de habilidades y experiencias que lleven a nuevos aprendizajes. Averiguar quién será el nuevo jefe, qué perfil de líder está esperando, quiénes son los miembros del consejo directivo y cuál es su filosofía y sus valores, así como tener claro si se podrá crecer a futuro son bases fundamentales para decidir. Sin embargo, la evaluación más importante que ha de hacerse es acerca de la pasión que genera este nuevo reto.
Una vez sopesada la balanza y tomada la decisión de realizar el cambio hay que ponderar el valor de la humildad para:
- Hacer preguntas y saber escuchar. Indagar acerca de todo lo que sea necesario para hacer mejor el trabajo.
- Generar confianza en los colaboradores. Hacer reuniones para escuchar sus inquietudes y concentrarse en los aspectos positivos del equipo para trabajar en conjunto los negativos.
- Ser creativo. No confiarse de las resoluciones del pasado. Dar rienda suelta a la creatividad y a la intuición podrá funcionar positivamente.
- Tomar más conciencia personal. Redoblar esfuerzos para estar pendiente de las actitudes frente a los colaboradores, las áreas de oportunidad y el estilo de liderazgo.
- No responder abruptamente. Si hay desafíos por delante será mejor reflexionar y tomarse el tiempo necesario antes de reaccionar inapropiadamente por querer quedar bien o demostrar capacidad.
5. Ser un líder de alto potencial y tener una vida
Planificar y gestionar el tiempo son aliados perfectos para lograr que la carga de trabajo no consuma la tranquilidad o el goce de los momentos personales. Planificar a largo plazo cuáles son las metas para la realización profesional y cuáles para la personal ayudarán a construir un mapa. No perder tiempo o energía en alcanzar metas irreales solo será posible si se tienen claros los objetivos y las prioridades. Sin embargo, no basta con saber qué se quiere; también hay que definir por qué.
Un líder de alto potencial siempre debe ser sincero consigo mismo, debe saber si lo que busca es una simple banalidad o si se trata de algo que lo realizará, le ganará el respeto de los demás y el propio. Si un trabajo se compagina con los valores personales y con la posibilidad de no fingir ser otra persona sino de mostrarse tal como se es frente a un equipo, entonces permitirá una mayor realización. El indicador más preciso para saber si hay un equilibro es sentir que todo fluye. Si no hay fluidez, si se siente estancamiento, enojo, frustración, si todo es cuesta arriba, entonces es muy probable que la balanza no esté debidamente ajustada.

Recordar la infancia puede revelar secretos valiosos sobre las prioridades en la vida. Hacer un recuento de cuáles fueron los momentos precisos en los que se alcanzó el goce y qué talento se desempeñaba en el momento para lograrlo serán pistas certeras para establecer prioridades y alcanzar la satisfacción en el ámbito personal y laboral.