Contenidos temáticos
- Hágase cargo
- Asesine su carrera y búsquese un empleo
- Recuerde: no existe “yo” en el trabajo
- No busque un empleo, pésquelo
- Nadie contrata a un extraño
- Aceptar el empleo que nos pague más
- Contar siempre con un plan de vida
Desarrollo del tema
1. Hágase cargo
La mayoría de las personas siente que no posee control sobre su vida laboral. Trabajan para un jefe que tiene el poder de despedir, actuar impulsivamente, decidir cuándo deben llegar e irse los empleados e, incluso, cómo deben vestir, dónde sentarse o almorzar.
En la mayoría de los casos, la gente no está dispuesta a soportar este tipo de restricciones; pero cuando se trata del empleo, todo el mundo cede ante el poder del jefe.
Para evaluar si este es su caso, responda a las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es su valor en el lugar de trabajo?
- ¿Qué beneficios se merece?
- ¿Qué habilidades puede ofrecer?
- ¿Cuáles son sus mayores logros?
- ¿Cuánto tiempo necesita para dominar una determinada tarea y pasar a algo más desafiante?
- ¿Cuenta con un plan de vida personal?
La idea es aprender a mover los hilos en vez de permitir que el jefe decida lo que es bueno para nosotros. Para hacerse cargo de su vida laboral:
- Escriba una descripción de su empleo
- Haga un estudio de rendimiento
- Establezca opciones realistas
- Ponga en marcha un plan de desarrollo de su vida laboral

2. Asesine su carrera y búsquese un empleo
Pregúntese “¿Por qué trabajo?” Las respuestas comunes son:
- Por poder.
- Por respeto.
- Por seguridad.
- Para viajar y conocer el mundo.
- Para servir a otras personas.
- Para conocer nuevas personas.
- Para expresarme creativamente.
- Por dinero.
Poca gente admite desde un principio que trabaja por el dinero, pero eso es lo que debemos asumir. Trabajamos por dinero porque este nos permite hacer el resto de las cosas que queremos hacer.
Tratar de derivar cualquier satisfacción espiritual o emocional del trabajo es un ejercicio inútil y frustrante.
La separación entre el trabajo y los beneficios emocionales fue bien entendida hasta las décadas de los años sesenta y setenta. Anteriormente, la gente veía su trabajo como la oportunidad de
“poner pan en la mesa” mientras que los beneficios emocionales provenían de actividades extralaborales: el hogar, la familia, la iglesia, los pasatiempos, los grupos comunitarios, etc.
Cuando los baby boomers llegaron a las oficinas, inventaron el concepto de “carrera”: un camino laboral que no sólo proveía dinero, sino beneficios emocionales.
Esto les permitía sentirse mejor cuando se veían obligados a pasar más tiempo en la oficina que en casa. Sin embargo, esta noción es defectuosa pues sencillamente no funciona.
Buscar satisfacción emocional en nuestros empleos es una forma poco eficiente de hacer las cosas.
“Asesinar la carrera” significa pasar menos tiempo en el trabajo y dedicarle más tiempo a lo que nos interesa. Para conseguir el suficiente coraje que nos permita lograr esto:
- Tome una hoja en blanco y escriba
- Hable de sus objetivos con alguien respetable.
3. Recuerde: no existe “yo” en el trabajo
¿Cómo saber qué es lo que desea nuestro jefe?
Normalmente no es conveniente preguntarle directamente. Es mejor utilizar la inteligencia:
- Haga una lista de las cosas que hace su jefe en el día.
- Averigüe que hace su jefe para satisfacer a sus superiores.
- Recuerde reacciones pasadas de su jefe y saque conclusiones.
- Trate de determinar qué hace sentir bien a su jefe.
Tras hacer este ejercicio, descubrirá que su jefe encaja en una de las siguientes tipologías:
- El amigo: el jefe quiere ser uno más del grupo y participar en cualquier cosa interesante que esté pasando.
- El solitario: el jefe quiere que el trabajo sea concluido sin ser molestado por asuntos sociales.
- El riguroso: el jefe que espera que todo el mundo siga las reglas al pie de la letra.
- El buscador de gloria: el jefe que quiere ser un héroe tanto como resolver problemas.
- El luchador: el jefe que suele entrar en disputas, quiere decir la última palabra y competir.
- El cobarde: el jefe que le teme a las novedades o que siempre ve el lado negativo de una nueva propuesta.
4. No busque un empleo, pésquelo
Las ventajas de “pescar” un empleo son:
- Si perdemos nuestro empleo actual, no nos veremos obligados a aceptar un puesto que no nos satisfaga.
- Dado que estamos yendo siempre a entrevistas, desarrollaremos práctica en lo que a promocionarnos se refiere.
- Seremos capaces de mudarnos a industrias que estén en plena expansión y en las que haya gran demanda por gente con nuestras habilidades.
- Tendremos más impulso que otros posibles empleados, pues conoceremos mejor el mercado. Podemos utilizar esta información para negociar un mejor paquete laboral.
- Los posibles empleadores nos tendrán que convencer de que vale la pena trabajar en sus compañías.
- Es más fácil conseguir un mejor empleo si estamos empleados.
- Si buscamos empleo mientras estamos empleados, nuestra actitud y presentación denotarán una mayor confianza.
Por otra parte, la “pesca” de empleos produce ciertos temores:
- ¿Y si mi jefe me descubre?
- ¿Y si me ofrecen dos empleos?
- ¿Cómo balanceo la “pesca” de empleos y mi trabajo actual?
Para desarrollar un plan de “pesca” de empleos:
- Incluya todas las alternativas que estén a su alcance y las industrias en las que dichas carreras están en auge. Es preciso, además, leer las revistas del sector en las que encontrará:
a. Agencias de empleo especializadas en dichas áreas.
b. Páginas de Internet relacionadas con dichas áreas.
c. Avisos de empleo.
- Lea regularmente el periódico los días en los que salen más avisos de empleo.
- Reserve dos horas semanales para leer y actualizarse sobre la “pesca” de empleos.
- Recuerde que usted no está apurado; así que, lo importante no es la cantidad, sino la calidad.
- Trate de establecer relaciones con personas que trabajen
5. Nadie contrata a un extraño
La forma de contratar personal ha cambiado con creces en las últimas décadas:
- Inicialmente, la mayoría de las vacantes eran anunciadas poniendo un letrero fuera de la tienda, la oficina o la fábrica. Esta técnica se utiliza aún hoy en día.
- Luego, poner anuncios en diarios y revistas se hizo muy popular. La idea era crear una red de personas que informara sobre los puestos vacantes. Esta es la razón por la que se organizaban los eventos comerciales y las ferias laborales.
El único problema es que los departamentos de recursos humanos de la mayoría de las compañías consideraban que esto era una amenaza. Como resultado de la gran cantidad de personas tratando de ingresar a una red para encontrar un empleo, este método ha quedado obsoleto.
- Recientemente, la mayoría de los interesados en un empleo pedía una “entrevista informativa”, es decir, una charla en la que tratan de impresionar al posible empleador. Pero, de nuevo, a medida que más gente hace esto, las compañías están evitando las “entrevistas informativas”.

Expandir nuestra red personal es sencillo. Por ejemplo:
- Pertenecer a un club en el que se practique un juego que usted disfrute.
- Sea amigable con la gente que trabaja en la compañía a la que usted quiere ingresar y que tiene sus mismos intereses y valores.
- Vaya a la biblioteca de su localidad y únase a un grupo de lectura que se reúna regularmente.
- Explore el mundo musical de su localidad. Si usted toca algún instrumento o canta, únase a alguna agrupación musical.
- Participe activamente en su iglesia.
- Únase a un equipo de ajedrez.
- Vaya al gimnasio y tome clases.
- Únase a un equipo deportivo de su comunidad. Forme parte del club de fans de un equipo deportivo.
- Aprenda un idioma.
- Haga trabajo voluntario.
- Involúcrese en las actividades del partido político de su preferencia.
6. Aceptar el empleo que nos pague más
Hay ciertas cosas que no son importantes al momento de comparar propuestas laborales:
- Comodidades: que son un artilugio de la empresa para que permanezcamos más tiempo en el trabajo.
- Automóviles: sólo nos darán esta facilidad si a la compañía le conviene alquilar vehículos; nunca para reembolsarnos el uso de nuestro vehículo particular en asuntos de la empresa.
- Desafíos: esto está bien, sólo que los retos deben venir de nuestra vida personal, no de cómo nos ganamos la vida.
- Cultura corporativa: es irrelevante mientras estemos haciendo bien nuestro trabajo.
- Ambiente de trabajo: esto es bueno, pero irrelevante cuando se trata de ganarnos la vida.
- Oportunidades de ascenso: esto sólo se lo creen los jóvenes, que creen que no serán despedidos en malos momentos económicos.
- Estabilidad e historia de la compañía: esto no significa nada en la práctica.
- Estatus: esto es irrelevante si estamos trabajando para ganarnos la vida y no para impresionar a los demás.
- Títulos: estos son tan nebulosos que ya no significan nada en el currículum vitae. Las descripciones de trabajo son mucho más importantes.
Hay otros factores “neutrales” que pueden o no ser importantes a la hora de escoger un empleo:
- Seguro de salud o incapacidad
- Seguro de vida
- Plan de retiro o inversión
- Reembolso de matrícula de estudio
- Salario
- Cercanía del lugar de trabajo
- Vacaciones
- Oportunidades de mejorar nuestras habilidades.
7. Contar siempre con un plan de vida
¿Cómo podemos prepararnos para nuestro próximo empleo?:
- Continúe desarrollando su red personal: pues lo que nos trajo a nuestro actual empleo nos podrá llevar al próximo.
- Cuando esté en su mejor momento, negocie un contrato formal o un acuerdo de finiquito: que deje en claro sus derechos al momento de ser despedido. Evite ambigüedades.
- Tenga a mano una descripción de su empleo actual: de este modo, cuando surja una posibilidad de empleo, podrá comparar ambos desde un punto de vista analítico y no emocional.
- Recuerde actualizar dicha descripción cada vez que lo asciendan o reciba nuevos beneficios.
- Manténgase “pescando” empleos: tome en cuenta las propuestas que ofrezcan mejores beneficios.
- Esté preparado para asumir un nuevo empleo: elija la mejor oferta aun si sólo consiste en mejoras de su paquete actual.
Siempre es mejor renunciar que ser despedido. Existen cuatro argumentos para ello:
- Nuestro salario no ha aumentado en proporción al costo de la vida y, por tanto, necesitamos más dinero.
- Estamos contribuyendo excepcionalmente con la empresa y, por tanto, merecemos un aumento.
- Últimamente hemos asumido más tareas y responsabilidad.