Responsabilidad social en las organizaciones
Responsabilidad social significa, al igual que la ética, distinguir entre lo correcto e incorrecto. En las organizaciones, el deber de la gerencia es hacer elecciones y emprender acciones que contribuyan al bienestar y los intereses de la sociedad, así como de toda la organización, no debemos pasar por alto que ésta la constituyen aquellos con quienes las empresas están obligadas. Puede ser difícil comprender conceptos como el de responsabilidad social, ya que las personas tienen diferentes creencias acerca de cuáles son las acciones que pueden incrementar el bienestar social. Sin embargo, en la medida que los medios de comunicación aumentan su cobertura y las organizaciones no lucrativas y grupos de interés ejercen mayor presión, las organizaciones se interesan más en las cantidades de dinero que dedican a ser más responsables socialmente.
La responsabilidad social tiene una gama de aspectos, muchos de ellos ambiguos en lo que concierne a los que es correcto o incorrecto. La gerencia de manera cotidiana debe cuestionarse si la empresa debe exigir que en sus operaciones en todo el mundo se cumplan las normas de seguridad al mismo alto nivel, aun cuando las leyes en otros países impongan estándares menores.
Si dos empresas tienen una intensa competencia, ¿será socialmente responsable que la corporación más poderosa haga que la más débil se declare en bancarrota o acepte una fusión obligada?
Existen algunas empresas que se declaran en quiebra y suspensión de pagos, lo cual es perfectamente legal, pero con el fin de crecientes obligaciones financieras con proveedores, sindicatos y competidores.
Las controversias de las empresas, que se suscitan sobre la responsabilidad social se encuentran en torno a las siguientes preguntas:
- ¿Responsabilidad con quién?
- ¿Sería correcto que los administradores consideraran los intereses de los trabajadores, los clientes y los ciudadanos en general, sobre los intereses de los accionistas?
Desde una perspectiva de la responsabilidad social, las organizaciones consideran el entorno de la empresa como una variedad de los grupos de interés.
Las controversias que se suscitan sobre la responsabilidad social se encuentran en torno a este tipo de consideraciones.
En las organizaciones, tanto la responsabilidad social como la ética en los negocios centran su atención en «el deber». Aun cuando existen diversos enfoques sobre la responsabilidad social, debemos considerar dos de las perspectivas fundamentales que te servirán para visualizar en lo personal, cuál es su perspectiva del problema y la forma en que podrías interactuar de manera efectiva, con aquellos que optan por tomar otras decisiones siguiendo una perspectiva diferente.

Eficiencia
Para este tema. resulta relevante el analizar los planteamientos de Milton Friedman. Hace cuatro décadas se refirió a la responsabilidad social en uno de sus artículos publicados en 1970, en el New York Times. en donde señaló que la «única» responsabilidad social de los gerentes es aumentar al máximo las utilidades obtenidas por la empresa para sus accionistas, destacando además que el comportamiento socialmente responsable es más propio de las personas que de las organizaciones. Dicha aseveración ha causado diversas críticas de otros economistas, que al analizar los planteamientos de Friedman Ia denominan como «La empresa narcisista«.
Según la perspectiva de Friedman, los gerentes o administradores no están obligados a actuar en beneficio de la sociedad si al hacerlo no maximizan el valor para los accionistas. Un ejemplo sobre la postura de Friedman, respecto a que los gerentes o administradores no están obligados a actuar en beneficio de Ia saciedad si aI haceria no maximizan el valor para Ios accionistas, sería el siguiente: a utilización de filtros para evitar Ia contaminación ambiental, sólo deberá llevarse a cabo si ello maximiza la riqueza de los accionistas. No importa si dicha acción beneficia o cumple con las expectativas de un grupo pequeño de activistas. En ese contexto los gerentes o administradores no son responsables de poner en marcha ninguna clase de actividades. De hecho, si son costosos tienen la responsabilidad de no implementarlos, si con ellos no incrementa la riqueza de los accionistas.
Por lo anterior, resulta desde una perspectiva de la eficiencia, imposible para los gerentes o administradores, incrementar la riqueza de los accionistas y al mismo tiempo intentar satisfacer todas las necesidades de la sociedad. En todo caso sería responsabilidad del gobierno cobrar impuestos y gastarlos en cubrir las necesidades sociales.
Por otro lado, cuando se es dueño de su propio negocio y tú mismo es quien lo administra la mejor forma de que satisfagas tus propios intereses consiste en atender las necesidades de la sociedad. Si los grupos de interés que representan el bienestar social demandan que un artículo se produzca dentro de ciertas normas de cuidado ambiental y de seguridad, entonces, realizarías atendiendo dichas normas en beneficio de los intereses del propietario, ya que de lo contrario seguramente los clientes preferirán el producto de alguno de sus competidores.
Casi siempre por empatía, es muy probable que los consumidores, compren algún producto fabricado por una organización que tenga valores sociales ampliamente compartidos y profundamente arraigados, de manera que a los negocios siempre les convendrá incorporar dichos valores en sus operaciones y productos.
Los críticos de la perspectiva de la eficiencia, argumentan que los clientes y la sociedad en general no exigen medidas de seguridad o protección ambiental, sino hasta después de que las empresas han ocasionado daños serios y visibles. Por ejemplo, Velásquez (2006) señala que Ia sociedad podría tener valores sólidos respecto a no contaminar el agua y no originar problemas sanitarios. No obstante, si las consecuencias de contaminar un río no son visibles y la salud de las personas no se altera de inmediato, es posible que la presión social, para que la organización ajuste sus acciones a los valores sociales, no surja sino hasta varios años después.
La eficiencia de un empleado o de una empresa, va enmarcada en un contexto como en la mayoría de las organizaciones (según su tamaño), la cual se caracteriza por la separación que hay entre los accionistas y los administradores, en ella tanto el gerente o administrador y su equipo de trabajo, deben ser lo más eficientes y generar utilidades de acuerdo a la planeación y proyección que se tenga contemplada para su crecimiento, al mismo tiempo que se cumple con las reglas básicas de la sociedad (tanto las asentadas por ley) como las consideradas de forma implícita en el tejido empresarial, de ahí que este término (eficiencia) y el de responsabilidad social suelen mantener cierta distancia.
Responsabilidad social
Una conducta socialmente responsable de las empresas puede contribuir a establecer bases para una mejor convivencia social y mayor gobernabilidad en naciones en desarrollo. como México.
A partir de la elaboración de las directrices de Naciones Unidas sobre la protección al consumidor y después de la incorporación del tema a la legislación en distintos países, se logró validar y otorgar un peso institucional significativo a los consumidores y la sociedad. Frente a las demandas para tener un comportamiento responsable. las grandes empresas comenzaron a tomar en cuenta las dimensiones éticas, ambientales y sociales porque impactan en sus negocios a largo plazo.
La conducta socialmente responsable de una empresa. se puede ver desde dos perspectivas:
- De la responsabilidad social
- De la eficiencia
El argumento de la perspectiva de la responsabilidad social estriba en que la saciedad es la que permite Ia existencia a las empresas, por ende, las empresas tiene responsabilidades y obligaciones con la sociedad en su conjunto. no sólo con Ios accionistas.
La perspectiva de la eficiencia sostiene que el gerente o el administrador es socialmente responsable de maximizar el rendimiento para el accionista la perspectiva de la responsabilidad social sostiene que es socialmente irresponsable si sólo maximiza la riqueza de sus accionistas y no retribuye su compromiso a la sociedad. ya que éstos no son los únicos responsables de la existencia de la empresa. Por lo anterior, los gerentes o administradores deben además defender y considerar también los intereses legítimos de los otros «socios», que son los individuos o grupos de intereses en una organización y que, por ende, son afectados por las acciones de ésta. Tal grupo incluye clientes, empleados, financieros. proveedores, comunidades, la sociedad en su conjunto y accionistas.

Actores importantes en la organización al momento de considerar intereses:
Actores:
a. Clientes
- Son quienes pagan las cuentas, mediante el ingreso que aportan.
b. Accionistas
- Desde la perspectiva de los costos, son los proveedores del capital de riesgo, y no sólo los propietarios.
- Son merecedores de un rendimiento razonable sobre el capital que ponen en riesgo, aunque no se les concede el rendimiento máximo por no ser los únicos responsables de la existencia de la empresa.
- Maximizar el rendimiento de estos actores significa disminuir el rendimiento de otros socios.
Al ser tan relevante el papel de los clientes y los accionistas, según Velásquez, (2006) los administradores deben tomar las decisiones y llevar a cabo las acciones que brinden a los accionistas un rendimiento razonable y en equilibrio con los intereses legítimos de clientes, empleados, financieros y comunidad sociales. Si bien no está probado, se sugiere que hay una relación positiva entre el enfoque del socio y el desempeño de la empresa.
Además del equilibrio en los intereses de los «socios» o involucrados, existen desafíos que exigen actuar de manera ética y socialmente responsables, los cuales entrañan el manejo de paradojas relevantes. Por un lado, el gerente o administrador tiene como individuo, sus propios estándares de integridad, ética y responsabilidad social y, por otro lado, tiene la responsabilidad de respaldar los estándares de su compañía. La empresa con actividades globales opera actualmente en culturas diversas, donde son inevitables las diferencias entre los valores y juicios éticos, como entre las perspectivas de la responsabilidad social. En este contexto sería necesario tolerar y entender tales diferencias.
Evaluación de la responsabilidad social corporativa
La responsabilidad social corporativa se puede subdividir en cuatro criterios principales:
- Responsabilidades económicas
- Responsabilidades legales
- Responsabilidades éticas
- Responsabilidades discrecionales
Dichos criterios se ajustan para formar la actitud de la responsabilidad social de la empresa. Los administradores y la organización, por lo común, están involucrados en varios problemas al mismo tiempo y cada vez se considera que las responsabilidades éticas y discrecionales de una empresa son tan importantes como los aspectos legales y económicos.
Administración ética y la responsabilidad social
Los criterios bajo los cuales prospera una organización, deben estar en función del desarrollo personal de cada uno de los individuos que están involucrados, desde su aspecto interno, como sus valores. hasta su aspecto externo y su interacción con los demás individuos. Es decir su liderazgo y, por supuesto, la estructura de su organización. Existen tres pilares que sostienen una organización ética y son: los individuos éticos, el liderazgo ético y las estructuras. y sistemas organizacionales.
Pilares de una organización ética:
- Individuos éticos
- Liderazgo ético
- Estructuras y sistemas organizacionales
Estructuras y sistemas organizacionales
Las estructuras y los sistemas de la organización ética son el conjunto de herramientas que utilizan los administradores para conformar los valores y promover el comportamiento ético, en toda la organización. Por ejemplo, los códigos de ética, que son las herramientas más usadas para unificar comportamientos a medida que las organizaciones se vuelven más grandes y dispersas geográficamente. Estos códigos cumplen con las características de especialidad, publicidad, claridad, brevedad, practicidad, asimismo pueden ser revisados y ejecutados.
Los métodos que permiten llevar a la práctica la aplicación y el cuidado de las conductas éticas de los integrantes de una organización pueden ser: los programas de capacitación y entrenamiento ético, los comités de ética, la auditoría socio-organizacional, entre otros.

Para llevar a buen término la implementación de las conductas éticas en toda la organización, se requiere que el personal y en general todos sus integrantes establezcan estructuras de ejecución. Todo esto, sin embargo, debe comenzar con un entendimiento básico de la ética organizacional, lo que incluye sus definiciones. filosofías, esquemas de implementación y sistemas de control.
Liderazgo e individualismo ético
Liderazgo es uno de los términos más utilizado hoy en día en el mundo corporativo. En las empresas exitosas. ningún punto surge con mayor claridad que el del papel crucial del liderazgo.
Un buen líder
Diversas teorías han tratado de definir el término, sin embargo, la pregunta indiscutible no es cómo se le define, sino ¿en qué consiste ser un líder? Actualmente esto ha dado lugar a muchos debates públicos sobre liderazgo. En la organización se suele querer líderes eficaces y éticos. Sin embargo, en la mayoría de los casos es común oír que los líderes son buenos sólo si son eficaces, pero no éticos. Esto resulta de gravedad considerando las consecuencias a mediano o largo plazo en perjuicio de la organización. si se deja a un lado la ética por la eficiencia.
El conflicto entre eficacia y ética, es patente en el denominado «dilema de Hitler», la respuesta a la pregunta «¿Fue Hitler un buen líder?» resulta afirmativa, si definimos al líder como alguien eficaz a la hora de convocar un gran número de personas para realizar Ia tarea. La respuesta es negativa si Ia tarea va en contra de Io que dispone la sociedad como bienestar, o en contra de las disposiciones legales.
El liderazgo no consiste solo en eficacia. La calidad depende también de la ética de los medios o los fines de las acciones que se emplean para obtener el objetivo. El héroe popular Robín Hood, viola la ley para lograr fines moralmente dignos, es decir, roba a los ricos para dárselo a los pobres. La mayoría de nosotros preferimos líderes que hacen lo correcto, de la manera apropiada y por motivos adecuados. Una persona con valores morales particularmente fuertes, se alza como líder.
Quien quiera ejercer como líder debe ser capaz de captar con rapidez las peculiaridades de las diversas situaciones con que se encuentre y seleccionar para cada una el estilo de mando más conveniente. Esto es tratar de manera diferente a personas distintas y en circunstancias variables; ser capaz de conducir a los miembros de una organización por caminos respetuosos con cuantas se relacionan con ellos, incluyendo empleados, consumidores y demás miembros de la sociedad civil, así como expresando con claridad los valores éticos deseados y ayudar a otros a encarnar y reflejar esos valores.
En las organizaciones, es importante que los líderes ejerzan su función siendo éticos, ya que tienen que apelar a la buena voluntad de los empleados, a efecto de que éstos pongan sus talentos al servicio de los objetivos de la organización. Es más fácil si los empleados hacen suyas la misión y los valores de la compañía, por tanto, deben ser tratados con respeto.
Individuos éticos
Las características de los administradores o gerentes como individuos éticos, se resumen en lo siguiente:
Son individuos que poseen integridad, que se refleja en su comportamiento y en sus decisiones. Normalmente todas las personas que interactúan con ellos dentro o fuera de la organización, les tienen confianza porque saben que sus decisiones en la organización están basadas de acuerdo a las normas de la justicia y la equidad, que tratarán bien a las personas y serán rectos en su comportamiento con los clientes.
Los gerentes o administradores deben estar atentos a la conducta de sus subordinados, pues responderán por los actos ilícitos, inaceptables y no éticos de los mismos. Sin embargo esto no quiere decir que deberán estar en actitud de pesquisa y de vigilancia permanente, sino que deben fomentar el desarrollo moral y el comportamiento ético en la organización.
El trabajo en equipo, la asignación de tareas, la evaluación de desempeño y la mejora continua suponen un contacto personal y directo con cada uno de los subordinados y con su trabajo diario. por lo que es imposible que un comportamiento ético reiterado del gerente o administrador pase inadvertido para el gerente del infractor.
Enfoques gerenciales
La ética gerencial está constituida por todas aquellas personas que integran la empresa. las relaciones de éstas personas entre sí y también con aquellas personas que no forman parte de la organización. De esta forma, se puede hablar de organizaciones que aprenden y de organizaciones creativas, ya que quienes aprenden y crean son los seres humanos.
La ética ha tenido un gran impacto en la gerencia, ya que es un factor determinante para hablar de capital humano o el talento humano que actúa en las organizaciones.Se relaciona con la verdad y la justicia, con las expectativas de la sociedad, la competencia legal, la publicidad, las relaciones públicas, la autonomía de los consumidores, el comportamientos de las organizaciones tanto en el país de origen como en el extranjero y por supuesto las responsabilidades sociales.
De acuerdo con Daft et al (2010), la ética es el código de principios y valores morales que regulan el comportamiento de una persona o de un grupo, respecto a lo que es correcto o Io que no Io es.
Los principios y las normas éticas se han transformado en elementos clave tanto de las políticas formales de la empresa, como de la conducta de la estructura informal de las organizaciones, es por ello la importancia de la ética gerencial. Esto se debe a que los cambios sociales han ocurrido tan rápido que muchos componentes que antes eran tomados en cuenta como inapropiados, hoy en día se consideran como elementos fundamentales de las culturas. entre ellos los de la cultura organizacional.
Los valores éticos son diferentes de los comportamientos regulados en las leyes, que nacen de acuerdo a un procedimiento legislativo, señalando Ia manera como la gente debe comportarse para vivir en sociedad. El comportamiento ético, sin embargo, lo rige Ia organización. Por ejemplo, un problema ético está presente en una situación cuando las acciones de una persona o de una organización puede dañar o beneficiar a otros.
La ética se puede comprender mejor cuando se compara con las conductas reguladas por las leyes y por la libre elección.

De acuerdo con Richard Daft. en el comportamiento humano tienen cabida tres categorías:
- El dominio de la ley codificada
- El dominio de la ética
- El dominio de la libre elección. (Daft et al, 2010)
En la ley codificada, los valores y las normas están escritos en el sistema legal y son exigibles en Ios tribunales. En esta área los legisladores establecen reglas que las personas y las corporaciones están obligados a seguir, como el pago de impuestos, la obtención del pasaporte, etc.
El dominio de la libre elección corresponde al comportamiento acerca del cual la ley no tiene nada que decir y respecto al cual un individuo o una organización disfrutan de absoluta libertad.
Por ejemplo, cuando un gerente decide festejar los logros de sus empleados o la libre elección de las tiendas de autoservicio en colocar los artículos electrónicos a la entrada de la misma.
Las normas éticas determinan ciertos estilos de conducta que normalmente no están señalados en las leyes, mientras que las leyes gubernamentales abarcan conductas que no necesariamente contemplan normas éticas. Los ordenamientos legales son el espejo de algunos juicios morales combinados, pero no necesariamente todos los juicios morales están especificados en Ias leyes. Una mejor opción es reconocer el dominio de Ia ética y aceptar los valores morales como una poderosa fuerza para el bien que puede regular las conductas, tanto dentro como fuera de las organizaciones.
Una decisión éticamente aceptable es legal y moralmente aprobada para la comunidad. Un principio de derecho señala que todo Io que no está prohibido por Ia ley está permitido, por eso muchas personas u organizaciones piensan erróneamente que si algo no es ilegal, debe ser ético. No terminan de entender que las elecciones están reguladas, por la ley o por Ia libre elección, y tampoco toman en cuenta el tercer dominio.
Las organizaciones han reafirmado su posicionamiento en el mercado, mediante códigos en los que los valores y Ia ética son importantes. Esto se debe a que la ética ha tomado un lugar preponderante en los cambios de la organización donde se han afianzado las corporaciones mundiales debido a la globalización.
Por eIIo, además del compromiso que sugiere eI que muchas personas viven prácticamente en el seno de dichas empresas, ya que no sólo trabajan ahí, sino que también consideran a ésta una representación de su escenaria de aprendizaje continuo.
Resumiendo las tres categorías que define Daft, puede decirse que:
En el dominio de la libre elección, la obediencia es estrictamente hacia uno mismo. En el dominio de la ley codificada, la obediencia es a las leyes prescritas en un sistema legal y en cuanto al dominio de la ética, la obediencia es hacia normas y estándares que no son exigibles y acerca de los cuales están concientes el individuo o Ia empresa.
Un considerable número de conduetas no ha podido ser codificada. Por eso, los líderes de la organización deben tener una alta capacidad de percepción y de sensibilidad a las normas y valores que en la actualidad se están produciendo en el mundo organizacional, para poder resolver los cuestionamientos que regularmente se Ie presentan en el desarrollo de sus actividades y que suelen ser considerados como dilemas éticos.
Cuando no entendemos cómo ni por qué los demás llegan a conclusiones distintas a las nuestras, es fácil etiquetar de inferiores a los individuos que sostienen las creencias, según nosotros, equivocadas. Suponer que la perspectiva que uno tiene es la correcta y que las demás son inferiores, tiende a perjudicar la eficacia administrativa especialmente en contextos culturalmente diversos. Por ello, es relevante que tengamos la posibilidad de examinar distintos enfoques básicos, desde los cuales la ética gerencial es revisada.
La ética gerencial se revisa desde cuatro enfoques básicos:
- Enfoque utilitario
- Enfoque de los derechos morales
- Enfoque universal
- Enfoque de justicia
Estos enfoques se revisan sin ningún orden de importancia, pues su valor depende del que cada quien le otorga.
Enfoque utilitario
El enfoque utilitario, adoptado por los filósofos del siglo XIX, afirma que el comportamiento moral produce el mayor bien para el máximo número de personas y centra su atención en las consecuencias de una acción.
Daft et al (2010) señalan que cuando un resultado puede ser positivo o negativo, es necesario tomar en cuenta que quizá la gente aprecie el mismo resultado de forma distinta. Por tanto, tal apreciación es subjetiva y los juicios podrían estar bajo la influencia de factores, como la cultura, las circunstancias económicas o la religión. ¿Considerarías que el bien de llevar agua al poblado justifica el pago ilegal a los funcionarios del gobierno?¿Qué pasaría si la sequía prevaleciente en la región fuese significativa? ¿Consideras que tal circunstancia cambiaría en algo su forma de pensar?
Conforme a este enfoque se espera que quien toma las decisiones considere el efecto de cada decisión alterna de todas las partes y seleccione la que optimiza la satisfacción para el mayor número de personas. Debido a que en la organización los cálculos reales pueden ser complejos se considera que es apropiado simplificarlos calculando los costos y los beneficios monetarios.
Otra alternativa podría ser tomar una decisión que considere sólo a las personas que resulten directamente beneficiadas por la decisión, no a las que resulten afectadas directamente. La ética utilitaria explica el trabajo de los laboratorios para experimentar con animales los tratamientos contra el cáncer o la clonación de animales.
Enfoque de los derechos morales
El enfoque de los derechos morales asevera que los seres humanos tienen derechos y libertades fundamentales que no se pueden eliminar por la decisión de un individuo. Los seres humanos se diferencian de las cosas simples porque tienen dignidad, tienen capacidad de elegir libremente lo que van a hacer con sus vidas y ellos tienen el derecho moral fundamental de que estas elecciones sean respetadas. Por consiguiente, una decisión correcta del administrador en la organización es la que respeta mejor los derechos de los afectados por ella.

Por supuesto existen muchos derechos diferentes, pero relacionados entre sí, que durante la toma de decisiones deben tomarse en cuenta y son los siguientes:
- El derecho a la verdad. Tenemos el derecho de hacer, crecer y decir lo que elegimos en nuestra vida personal, el secreto está en que no atente contra los derechos de los demás.
- El derecho a no sufrir lesiones. Tenemos el derecho a no ser perjudicados o lesionados, a menos que libre y conscientemente haber hecho algo para merecer la pena o que libre y conscientemente decidimos el riesgo de tales lesiones.
- El derecho a lo que se acordó. Tenemos derecho a lo que ha sido prometido por aquellos con los que libremente han firmado un contrato o acuerdo.
- El derecho a la libre conciencia. Tenemos derecho a abstenernos de acatar cualquier orden que viole las normas morales o religiosas.
- El derecho a la libertad de expresión. Los individuos pueden criticar de forma veraz la ética o la legalidad de las acciones de otros (Velázquez, 2006).
Para decidir si una acción es moral o inmoral, podemos utilizar este segundo enfoque, entonces debemos preguntarnos, ¿tiene el respeto de los derechos morales acción en todo el mundo? Las acciones se equivocan en la medida en que violan los derechos de los particulares. Para tomar decisiones los administradores deben evitar intervenir con los derechos fundamentales de otros.
Enfoque universal
Este enfoque tiene sus raíces en las enseñanzas del filósofo griego Aristóteles, que dijo: «los iguales deben ser tratados iguales y los desiguales desigualmente». La cuestión moral básica de este enfoque es ¿cuán justo es esa acción?
Emanuel Kant, uno de los más destacados filósofos de la moral, concibió el imperativo ético de manera simple: «trata a los demás como te gustaría que ellos trataran a todos, incluyéndote a ti mismo». Desde este enfoque, es necesario elegir el curso de acción que consideras aplicable a todos los individuos en todas las situaciones y que desearías que se te aplicara a ti mismo (Velásquez, 2006). Lo anterior se puede resumir en la siguiente frase: «En el centro del universalismo yace el problema de los derechos».
Enfoque de justicia
El enfoque de justicia afirma que las decisiones morales se deben sustentarse en normas de equidad, justicia e imparcialidad. Considera el medio principal para juzgar el carácter ético de las conductas.
De acuerdo con este enfoque, los costos y los beneficios deberían distribuirse de forma equitativa, las reglas deberían aplicarse de manera imparcial y los perjudicados por la iniquidad y la discriminación deberían ser compensados (Velásquez, 2006).
- Justicia distributiva. Requiere que los diferentes tratos a las personas no se base en características arbitrarias. Los administradores que defienden la justicia distributiva asignan las recompensas y los castigos en forma equitativa, con base en el desempeño. El administrador no puede asignar bonos, promociones o mejores prestaciones conforme a características arbitrarias, como serían la edad, el género, la religión o la raza, por consiguiente hombres y mujeres no deben recibir diferente salario si realizan la misma actividad.
- Justicia procedimental. Requiere que las reglas se administren con justicia en la organización, por lo que deben expresarse con claridad y hacerlas cumplir en forma consistente e imparcial. Los administradores que defienden la justicia procedimental se aseguran de que los afectados por las decisiones administrativas estén de acuerdo con el proceso de toma de decisiones; y que el personal de la organización esté informado del proceso y tenga la libertad de no participar si así lo desea. Este tipo de justicia no puede discriminar a las personas por sus características, como la edad, el género, la religión o la raza. Se sugiere de manera consistente que la percepción de la justicia se relaciona de forma positiva con los resultados deseados, como el desempeño en el trabajo, confianza, satisfacción laboral y compromiso organizacional, asimismo se relaciona de manera negativa con resultados como rotación de personal y conductas laborales que disminuyen la producción.
- Justicia compensatoria. Significa que la parte responsable debe compensar a los individuos por el coste de sus lesiones y aquellos perjudicados por la inequidad de la distribución de la compensación deberían ser recompensados. Además no se debe responsabilizar a los individuos por cosas sobre las cuales no se tiene ningún control. Regularmente la compensación suele ser monetaria, pero también puede presentarse mediante reconocimientos y restitución de los derechos a las minorías o a las personas que de alguna manera hayan sido víctimas de discriminación.
Factores que afectan la toma de decisiones éticas
La cultura organizacional desempeña un papel muy importante cuando se trata de tomar decisiones por parte de los administradores. En ocasiones, a éstos se les acusa de engañar, robar o defraudar, culpandonos de no tener integridad ética, lo cual ciertas veces puede ser cierto. Sin embargo, en la mayoría de los casos la organización en sí desempeña un papel preponderante. La práctica de negocios éticos o no éticos, refleja las actitudes y valores de la propia organización (Velásquez, 2006).
Hoy en día las corporaciones están adoptando de manera creciente la filosofía ética de los negocios, postulada por Adam Smith, que señala que tanto los individuos como las organizaciones se benefician con la toma de decisiones éticas. Pero, aun así los gerentes o administradores se enfrentan a otro desafío, ¿cómo promover y estimular las decisiones éticas?
El administrador y la organización
Los administradores y, en especial, los directivos o ejecutivos de primera línea tienen la responsabilidad de crear condiciones organizacionales que fomenten la toma ética de decisiones. aplicando e integrando conceptos éticos a Ias acciones diarias. Como líderes de la organización, los administradores llevan al trabajo. su personalidad. características conductuales determinadas por elementos como familia y religión y pautas de comportamiento. como la puntualidad. perseverancia, falta de paciencia. entre otras muchas cosas que conforman su sistema de valores.
Cuando los administradores operan guiados por una serie de valores internos, éstos se vuelven más importantes que las expectativas de otras personas importantes (como los directivos y socios) y en algunos casos, incluso de la misma organización pues desobedecen las reglas o leyes que violen esos principios.
La exploración de los diversos enfoques para la toma de decisiones éticas brinda a los administradores elementos que facilitan la tarea de afinar su propio enfoque para que puedan tomar decisiones de acuerdo a su escala de valores cuando surjan las presiones. Sin poder afirmar cuál de los enfoques estudiados es mejor que los demás, es posible que con la aplicación constante de cada uno de éstos se puedan tomar decisiones éticas de forma constante.
Las organizaciones hoy en día se han diversificado e instalado en diferentes naciones, con ideas y culturas diferentes, los administradores que trabajan en países extranjeros, requieren más sensibilidad, apertura y entereza para resolver dilemas éticos difíciles. De no ser así los colocaría en una desventaja competitiva.

Los administradores gerentes deben utilizar un liderazgo transformador, que se enfoque en las necesidades de sus seguidores y alienten a todos para que elaboren sus propios juicios piensen por sí mismos, así como buscar los niveles más altos de razonamiento moral.
La organización
Siendo una de las tareas importantes de los administradores fomentar las decisiones éticas, resulta más significativo el efecto de éstas en la organización. En este sentido, la cultura general de la compañía puede desempeñar un papel significativo, ya que muy rara vez las acciones corporativas éticas o no éticas se pueden atribuir exclusivamente a Ios valores personales de un solo gerente.
Los valores adoptados son importantes en especial cuando la mayoría de las personas aprenden a amoldarse a las expectativas del buen comportamiento, como lo espera la familia. los amigos y la sociedad. La colaboración con el grupo de trabajo es la forma preferida de lograr las metas que propone la organización.
Es importante entonces que los valores internos de la empresa, se dejen de manifiesto, para que influya en Ias decisiones de Ios empleados, ya que si se llegase a tolerar una conducta antiética e incluso se llegase a alentar, esas acciones se convertirán en rutina. También es importante estar atentos al tipo de señales éticas que se transmiten a los empleados.
Las compañías también pueden influir de manera positiva para fomentar la ética en la toma de decisiones y en las conductas. Así en muchas compañías, los administradores expertos se han dado a la tarea de estimular la conducta ética entre su personal, mediante el sistema de recompensas, el grado al cual la empresa se preocupa por sus empleados, el sistema de selección y ascensos, el énfasis en los estándares legales y profesionales y el liderazgo profesional. Otro más sería la institucionalización de los códigos de ética (Velásquez, 2006).
Fuente: Universidad abierta y a distancia de México. Curso de Ética. Ciudad de México.
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