Introducción
De acuerdo con la Real Academia Española, “un recurso es un conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad”. Si pensamos que desde nuestros orígenes los seres humanos hemos obtenido de la naturaleza todo lo que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades, entonces podrás ver con facilidad que todos los elementos bióticos y abióticos que componen a los ecosistemas son fuente de recursos naturales para la humanidad.

Muchos de estos recursos son utilizados directamente –por ejemplo, las hortalizas las consumimos tal cual las cosechamos de la tierra, obviamente realizando un proceso previo de desinfección– y muchos otros son transformados hasta convertirlos en artículos muy elaborados –por ejemplo, el petróleo que constituye la materia prima para la elaboración de nylon, esa fibra sintética que utilizas en tu ropa.
Clasificación de los recursos naturales
Dado que la definición de recurso natural es completamente antropocéntrica, entonces podemos agruparlos en tres grandes categorías, dependiendo del tiempo que tarde la naturaleza en producirlos o regenerarlos:
- Perpetuos. Son los recursos que, considerando la escala humana de tiempo, son prácticamente inagotables. Por ejemplo, la energía solar, el viento, la marea, entre otros.
- Potencialmente renovables. Son los que pueden regenerarse o estar disponibles en lapsos de tiempo manejables para una vida humana, ya sea porque se reproducen, se autodepuran o porque tienen movimientos cíclicos en los ecosistemas. Por ejemplo, los ciclos biogeoquímicos, como los del carbono o el nitrógeno.
- No renovables. Que existen en una cantidad finita en el planeta, por lo que su extracción y uso llega a agotarlos en los sitios donde se producen, como el petróleo y los minerales, ya que tarda miles e incluso millones de años para que la naturaleza los vuelva a producir.

Por el tipo de uso que les damos a los recursos, también podemos categorizarlos en:
a) Alimentarios: son los que extraemos de los ecosistemas para satisfacer las necesidades de nutrición que tiene nuestro organismo. Algunos ejemplos son: granos, verduras, hortalizas, oleaginosas, especies, condimentos, frutas, ganado
–bovino, vacuno, caprino, porcino–, aves, peces, mariscos, sal, etcétera.
b) Energéticos: las sociedades humanas, al transformar los recursos naturales en productos más elaborados, requerimos energía para esos procesos industriales y por ello este tipo de recursos son fundamentales para el funcionamiento de las sociedades actuales. Algunos ejemplos de recursos energéticos son: energía solar, petróleo, leña, carbón, viento, gas natural, elementos radioactivos, entre otros.
c) De protección: son los que utilizamos para protegernos del ambiente, o para proteger los recursos que nos interesan, como madera, arcilla, arena y grava para construir casas, fibras para elaborar ropa, plantas medicinales para protegernos de las enfermedades.
d) De recreación y esparcimiento: que nos permiten emplear nuestro tiempo libre. Por ejemplo, cultivo de plantas ornamentales, cuidado de mascotas, visitas a zoológicos o safaris con vida salvaje, etcétera.
e) Culturales y estéticos: cuando es posible conectar con el medio que nos rodea y sentirnos a gusto en él. Por ejemplo, cuando sales a carretera y vas mirando por la ventanilla del auto los paisajes naturales, o cuando contemplas un águila volando, o una flor hermosa.

Otra forma de clasificar a los recursos es por el tipo de beneficios que obtenemos de ellos; a esto le llamamos servicios ecosistémicos y pueden ser directos o indirectos.

Así, es importante mencionar que un ecosistema se encuentra en equilibrio cuando sus ciclos se cumplen, lo que le permite restaurar los recursos utilizados. Pero si el fenómeno no se produce bajo estas condiciones, entonces el equilibrio se altera y el ecosistema se deteriora.
Ahora puedes darte cuenta que cuando los seres humanos utilizamos los recursos naturales, generalmente lo hacemos de forma irreflexiva, sin considerar si el recurso es potencialmente renovable o no renovable. Simplemente lo utilizamos porque lo necesitamos en el momento, y peor aún, lo sobreexplotamos y causamos su deterioro, como hemos hecho en el suelo, el aire o el agua, que contaminamos. A esta alteración del medio ambiente, producto de la acción del ser humano sobre la naturaleza, lo llamamos impacto ambiental.
Efectos del deterioro ambiental desde la escala local hasta la escala global
Como lo mencionamos en el bloque II, todo en la naturaleza está interconectado, por lo tanto los impactos que causan nuestras acciones sobre el ambiente los podemos cuantificar según la escala que abarque dicho impacto. Es decir, debes considerar que los problemas ambientales se pueden originar en áreas muy pequeñas, pero sus efectos pueden alcanzar zonas muy alejadas, e incluso, afectar a todo el planeta. Así, los impactos ambientales pueden estudiarse de acuerdo con las siguientes escalas:
- Local-regional: cuando se afecta únicamente al medio ambiente local y a las poblaciones que ahí viven, como la contaminación de un lago o un río por el depósito de los desechos de una industria o la tala de la ladera de un cerro. Ambos eventos tendrán un impacto sobre las comunidades que dependan del lago o el río, o las que se encuentran en lo alto hasta la parte baja del cerro desmontado. Si el río cruza por otras comunidades, también serán afectadas. Por ello, se habla de una escala incluso regional, porque ha dejado de ser local, o nada más del lugar donde se contamina el río.
- Nacional: los impactos afectan a varios estados de un país de tal forma que se compromete la economía o el bienestar del mismo. Por ejemplo, si la contaminación sucede en uno o varios ríos que conectan a diferentes estados, entonces se afecta la capacidad para obtener agua para riego de cultivos o para consumo humano, por lo tanto, el gobierno nacional debe disponer de recursos económicos para revertir o solucionar la situación. En estos casos, el país podría carecer de recursos agrícolas y tendría que comprar el alimento a otros países porque la producción nacional no sería suficiente para el consumo interno. Al invertir en comprar estos recursos, la economía nacional se resiente y se vuelve dependiente de los recursos externos para satisfacer las necesidades básicas de su población. Los daños en las llamadas cuencas hídricas son un ejemplo concreto.
- Internacional-global: El impacto tiene afectaciones mayores e involucra a todo un continente o incluso al planeta entero. Retomando nuestro ejemplo anterior, si en lugar de ser la deforestación de la ladera de un cerro, ampliamos el área deforestada a toda una selva, como la del Amazonas en Sudamérica, entonces; al cortar los miles de árboles, estos dejan de absorber dióxido de carbono atmosférico, por lo tanto, se acumula, y como es un gas de efecto invernadero, absorbe radiación y contribuiremos al incremento de la temperatura del planeta (cambio climático). Con un planeta más cálido se afectan tanto la circulación general del viento como las corrientes marinas, lo cual tiene implicaciones sobre una mayor frecuencia de eventos atmosféricos extremos, como los huracanes, que van a provocar inundaciones y daños en latitudes alejadas de Sudamérica, y en otras, condiciones de sequías. En este ejemplo puedes ver que un impacto regional (a nivel de América del Sur) tiene efectos a escala global.
Fuente: Secretaría de Educación Pública. (2016). Ecología y medio ambiente. Ciudad de México.