Imperialismo
En esta primera fase se entiende por colonialismo el proceso por el cual los países como España, Francia, Portugal, los Países Bajos e Inglaterra legitimaron la dominación política y económica sobre los territorios que sometieron a través de la conquista, asentamiento y explotación, tanto en América, Oriente y Asia.
Decimos que es una primera fase de expansión la que llevaron a cabo en los siglos XVI al XVIII algunos países europeos, hubo una expansión colonial en el siglo XIX con algunas características distintas a las que dieron origen a las colonias de los siglos mencionados.

Fueron varias las causas por las que fundaron colonias en los siglos mencionados. Destacaron la necesidad de nuevas rutas en la búsqueda de las especias, de buscar nuevas rutas y explorar territorios en otros sitios como fue el caso de América. En esta encontraron distintos productos, algunos desconocidos para los europeos, como el cacao, la papa, el aguacate, la vainilla, la grana cochinilla, (de estos las culturas mesoamericanas tenían varios usos y formas de aprovecharlos) ¿en tu comunidad hay algunos de estos? ¿ Recuerdas otros productos que América aportó al mundo?
Las metrópolis (se considera que la metrópoli es el Estado que, gobierna, rige, administra y regula el comercio entre ella y sus colonias) establecían formas de gobierno según sus propias necesidades e intereses. Recuerda que en México, en el periodo novohispano o colonial, había un virrey, que representaba al rey de España. Y las autoridades eran nombradas por los peninsulares. Entre las prioridades de la corona española en América, por ejemplo estaba el obtener metales, oro y plata. Se hicieron exploraciones hasta localizar minas tan ricas como las que había en el actual estado de Guanajuato, Zacatecas, Guerrero. ¿Recuerdas o conoces algunas de sus principales minas?
La explotación de diferentes productos en las colonias que fundaban los europeos en el periodo mencionado, les aportaba riqueza, prestigio y poder. Entre ellos hubo disputas por lograr posesionarse de nuevas tierras, y evitar que se las quitaran otros países. Las poblaciones en las que establecían colonias, eran sojuzgadas, y se evitaba que se levantaran contra sus conquistadores; por eso había presencia de soldados y en general se evitaba que la población autóctona tuviera acceso a las armas.
Al imponer no sólo sus gobiernos, administración y un sistema mercantilista su organización social como España y llevar a cabo la evangelización y empezar a enseñar su propio idioma a los pueblos indígenas, llevan a cabo un proceso de colonización.
Hubo distintos tipos de establecimientos:
- Colonias de explotación, con escasa población europea. En general se buscaba obtener materias primas.
- Colonias de poblamiento, con numerosa población europea, la cual llegaba los nuevos territorios llevando sus métodos de agricultura y ganado.
¿Qué es el Imperialismo?
Se considera que el imperialismo es la parte teórica y que su aplicación es el colonialismo. Ya que el imperialismo es también un proceso en el cual distintos países conquistan, dominan, controlan otros territorios o países. Lo que los convierte en Imperios.
Colonia | Imperio |
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Una colonia de poblamiento es aquella a la que se trasladan contingentes procedentes de la metrópoli, llevando su lengua, sus instituciones y formas de vida; en ella puede darse un mestizaje aunque no sea el objetivo principal. | Un imperio se forma cuando un Estado o nación impone su autoridad por la fuerza sobre otras naciones. El imperialismo es consecuencia de una expansión colonial que se va apropiando de territorios; se da una lucha por el control de los mismos, entre países que tienen desarrollo industrial, económico y tecnológico. El imperialismo tuvo su auge después de la Revolución industrial, y uno de sus propósitos fue la búsqueda del control de mercados, materia prima y expansión comercial. |
Características generales del Imperialismo
El imperialismo se caracterizó por el dominio militar y económico, siempre con injerencia política, de una minoría europea sobre una mayoría de pueblos extranjeros. Pero, ¿cuándo y qué naciones participaron en su desarrollo?
Entre 1870 y 1914, naciones europeas como Inglaterra, Francia y Rusia conformaron grandes imperios. En menos de 70 años los europeos dominaron más territorios que en los siglos anteriores. Antes de 1870, más de la mitad de la superficie terrestre permanecía inexplorada, pero después de esa década y, sobre todo para principios del siglo XX, ya se había explorado gran parte del planeta y de alguna manera lo dominaban.

El tipo de imperios establecidos también se caracterizaron por ser muy competitivo pues el poder se media tanto por las dimensiones geográficas como por la cantidad de gente sometida y el volumen de negocios realizados entre las posesiones y su metrópoli.
Las potencias europeas
La hegemonía inglesa fue la primera en generarse, marcada por la crisis del antiguo colonialismo, debido a la pérdida de las colonias americanas de Inglaterra y España, la desaparición de las doctrinas económicas mercantilistas y la lucha por la abolición de la esclavitud.

Desde que comenzó el siglo XIX, y para apoyar su industrialización, los británicos convirtieron a sus colonias en centros proveedores de materia prima y en consumidoras de mercancías. Al incrementarse el comercio en ellas, la población creció, se organizaron gobiernos favorables a los intereses de los ingleses, se mejoraron las vías de comunicación y se organizó una fuerza armada capaz de salvaguardar la seguridad de las flotas de Inglaterra. Asimismo, con el fin de asegurar el dominio, se introdujo y procuró la cultura anglosajona.
Muchos ingleses se hicieron de un capital considerable e invirtieron en nueva tecnología para hacer más eficiente el proceso de producción. Pronto las posesiones del imperio comenzaron a llenarse de almacenes, hoteles y centros de recreación.
No era raro que cartas como la siguiente, de un expedicionario inglés a un amigo, circularan en Londres:
He viajado por los dominios británicos del Caribe. En Jamaica, Barbados y otras pequeñas islas he visto cómo obtenemos azúcar. Al norte, en Canadá, contamos con territorio desde que vencimos a Francia. Pero desde luego, nuestro más preciado territorio es la India, desde donde te envío esta carta (…)
Además de los territorios señalados en la carta, los británicos poseían Nueva Gales del Sur en Australia, Trinidad y Tobago en el Caribe, El Cabo en África y Singapur y Hong Kong en el Lejano Oriente.
También tenían el monopolio de la industria textil y siderúrgica. Inglaterra exportaba hilos de algodón, máquinas y capital británico para crear nuevas empresas. Londres se convirtió en el mayor centro financiero, bancario y comercial del mundo hasta 1870. Sus graneros estaban en Chicago, sus bosques en Canadá, sus granjas de ovejas en Australia, sus minas de oro en California y Perú; el té le llegaba de China y el café de las plantaciones de las Indias Orientales.

Por su parte, las sociedades geográficas contribuían con sus publicaciones a la propagación de las ideas imperialistas, justificas moralmente en nombre del desarrollo de la ciencia. Las potencias europeas se repartían el mundo y difundían la pureza de la sangre “aria” y el culto al hombre blanco como promotor de la civilización.
Así como Napoleón trasladó piezas egipcias de singular valor hasta París, los exploradores ingleses se encargaron de engrosar colecciones particulares y para los museos; tal fue el caso del Museo Británico en Londres.

Sometían por la fuerza o provocaban que grupos opositores se “levantaran” contra el gobierno de su país, les daban armas y luego los presionaban para que, una vez en el poder, las empresas extranjeras siguieran explotando los recursos naturales o a los trabajadores.
Si la venta de sus productos no se podía dar dentro del continente, los gobiernos y los empresarios europeos debían buscar nuevos mercados para colocarlos o manufacturar artículos en lugares donde los trabajadores no exigieran ni mejores salarios ni condiciones más justas. Esas fueron razones de peso para que muchas compañías se disputaran los mercados y sus dueños buscaran la lealtad de los líderes locales a cambio de beneficios.
Esta situación, que parece lejana en el tiempo, aun tiene semejanza con nuestro entorno. ¿Pueden establecer una comparación con esta situación de explotación? ¿A qué atribuyen que se den estos casos hoy? ¿Cómo se puede transformar esta realidad?
No sólo el avance en los medios de transporte, como el ferrocarril y los barcos, permitieron el expansionismo de los ingleses, nuevas armas, rifles de cámara, la ametralladora Gatting, dieron ventaja en las batallas contra las poblaciones a las que querían dominar.
Los ingleses reclutaban aliados locales que incorporaban a sus tropas (así lo hicieron con sudaneses y egipcios), ya sea prometiéndoles algún cargo en el gobierno del país por dominar sobornándolos con productos y mercancías traídas de Europa.
Conforme el siglo XIX corrió, Inglaterra comenzó a perder su hegemonía al compartir su poderío con otras naciones, como Francia. Aunque ésta tenía presencia en el Caribe, se proyectó principalmente en Asia y África.
A lo largo de ese siglo, Rusia, gobernada por los zares, también expandió sus dominios; no sólo llegó a zonas de Finlandia y Polonia, sino que también exploró territorios como las islas Aleutianas y Alaska; obtuvo la región de Besarabia y las ciudades portuarias de Odessa y Sebastopol, en Crimea.
El dominio ruso se amplió hacia el sur tras ocupar Turquestán, Samarkanda, Bujara y Merv. Por si su dominio territorial no bastara, los rusos hicieron todo lo posible porque el ferrocarril transiberiano pudiera pasar por Manchuria para extender su dominio comercial sobre el continente asiático.

En general, los países europeos impulsaban su expansión no sólo por la búsqueda de materias primas, sino además para mantener los niveles de desarrollo económico que, según los teóricos del sistema capitalista, podían beneficiar a la población;
sin embargo, la realidad era otra. Dentro del continente europeo los trabajadores intentaban acabar con las largas jornadas laborales, las pocas prestaciones, los bajos salarios, las malas condiciones de los centros laborales, así como el trabajo infantil y de las mujeres embarazadas que debían desarrollar labores pesadas.

Las potencias fuera de Europa
La agresiva expansión de las naciones europeas alertó a dos naciones fuera del continente: Japón y Estados Unidos de América.
El primero, bajo los Meijj, emprendió no sólo su modernización y apertura hacia lo occidental, sino su propia expansión territorial y comercial; de diversas maneras aseguró su presencia en Corea, Formosa y China. Al principiar el siglo XX, Japón era un imperio más en el escenario internacional, y para consolidar su poder debía mantener su “rebanada” de pastel y procurar tener más.
El expansionismo estadounidense tuvo características particulares, que se remontan al siglo XVI. Desde su llegada al continente americano, los colonos ocuparon las tierras ociosas o poco pobladas, sin considerar la presencia y cultura de la población indígena; para ellos poblar era gobernar.
Ya independizados de Inglaterra, los colonos comenzaron a expandirse hacia el oeste; compraron posesiones a ingleses y franceses; arrebataron territorio continental a españoles y mexicanos y anexaron a Texas, después de la independencia de México.
Prácticamente los norteamericanos, mantuvieron un asilamiento de los asuntos internacionales. Lo que permitió se concentraran en sus asuntos, alejados de las tensiones y conflictos que se daban en Europa.
Tras la guerra civil de1861, los estadounidenses conformaron una federación. El país tendió a la industrialización, la explotación de los recursos naturales, la mecanización del trabajo del campo, el incremento de ciudades, comercios y almacenes y surgió como una nación poderosa.
Guiada por la ideología del Destino Manifiesto y conociendo los intereses de España, Francia, Gran Bretaña y Rusia sobre los territorios del continente americano, los estadounidenses erigieron la Doctrina Monroe, cuyo contenido se resume en la frase: “América para los americanos”.
La Doctrina Monroe fue una corriente política que surgió durante la presidencia de James Monroe en 1823. En un principio sirvió para afirmar la independencia de Estados Unidos de América de las naciones europeas y para justificar su política de aislamiento con respecto a las guerras entre las potencias durante el siglo XIX. También significó, en su momento, una forma de protección ante posibles invasiones al continente. Sin embargo, conforme Estados Unidos de América se fue consolidando como una potencia, la doctrina adquirió un nuevo significado: el derecho a intervenir en la política de otros países americanos.
Otras manifestaciones del poderío imperial
Los líderes de los gobiernos europeos se disputaban el mundo como si se tratara de un gran pastel. Cada quien quería su rebanada y para ello justificaban en el dominio de sus fronteras, ya sea con ideologías o con proyectos de modernización que llamaban “civilizatorios”. Cuando alguien se resistía a su dominio, los gobiernos europeos, con el pretexto de proteger sus inversiones, enviaban tropas que les aseguraban su permanencia.
Guerra del opio
Para iniciar el siglo XIX, la dinastía Manchú gobernaba un extenso territorio chino, desde el río Amur al norte, hasta Birmania e Indochina al sur; desde el océano Pacífico hasta Mongolía y el Tíbet. Los chinos pensaban que eran el centro del mundo y que los demás, sobre todo los europeos, eran bárbaros. Por lo tanto, China no se había interesado en Occidente y no quería trato con los europeos.
Sin embargo la dinastía Manchú estaba debilitada, la población campesina había sufrido pérdidas de cosechas, la población crecía pero también la pobreza. Los gobernantes venían enfrentando rebeliones no sólo por la crisis económica, sino por la corrupción de los dirigentes. No obstante estos levantamientos eran suprimidos, el descontento estaba latente.
En 1804, los gobernantes chinos tenían problemas internos: rebeliones, presencia de personas de otras religiones, como los musulmanes, mucha pobreza y un ejército mal armado. Los europeos habían venido intentando tener tratos comerciales, habían mandado representantes diplomáticos para proponerlos. Pero habían pasado meses sin que se dieran respuestas favorables.

Los manchúes decidieron pedir algunos tratos, los chinos vendía seda y porcelana y pedían se les pagara con oro y plata. Hacia tiempo que el opio había sido introducido en China y, para principios del siglo XVIII, la adicción era un problema grave; el gobierno chino trató de prohibir su comercio, dando decretos en 1839 donde se prohibía el uso del opio. Comerciantes ingleses descubrieron el valor de opio decidieron aprovecharse del mismo, haciendo que los chinos pagaran a los británicos por el opio, y usando éstos el mismo dinero para pagar por las mercaderías a los chinos.
El gobierno chino incautó el opio que estaba almacenado en bodegas y se expulsó a los ingleses. Hubo inconformidades, librándose la primera Guerra del Opio (1839-1842). Los ingleses bombardearon varios fuertes costeros, China no cedió a las presiones militares hasta que, en 1842, varios barcos británicos remontaron el YangTze hasta Nanking. Esta demostración de fuerza obligó al gobierno del emperador a firmar el tratado de Nanking. Dice Jacques Germet en su libro El mundo chino, que:
En realidad las tropas inglesas eran escasas, pero debido al tiempo que tardaba en llegar la información a la capital, y lo poco fiable de ésta sumado al temor de la corte, China acaba cediendo fácilmente. Como pago dona a Inglaterra Hong Kong le entrega una indemnización y la convierte en nación más favorecida en los intercambios comerciales.
El comercio del opio se reanudó. China hubo de ceder a Inglaterra el territorio conocido como Hong Kong, puerto de gran importancia comercial, además de concesionar a los ingleses cinco puertos más. A partir de la paz de Nankin, los asentamientos ingleses comenzaron a crecer y, desde 1844 los chinos se vieron obligados a permitir el ingreso de misiones protestantes y católicas, que no sólo introdujeron nuevas prácticas religiosas, sino que fundaron escuelas y hospitales e impusieron otro idioma. Los ingleses también abrieron talleres y fábricas textiles, donde frecuentemente trabajan niños cuyos padres se habían aficionado al opio y debían dinero a los vendedores de la droga. Así daba comienzo la occidentalización china.

En 1857 los ingleses atacaron a los chinos, al considerar que éstos no respetaban acuerdos comerciales y que acusaban de piratería barcos bajo bandera británica. Dio inicio la llamada Segunda Guerra del opio, que se prolongó hasta 1860, los ingleses lograron que los franceses se aliaran con ellos.
En el mes de octubre de 1860 se celebró la Convención de Pekín, los chinos debieron firmar el Tratado de Pekín que ponía fin a la guerra. Los chinos cedieron Tonkín a los franceses, Birmania a los ingleses y las islas RiuKiu a Japón. Durante la guerra
chino-japonesa, los chinos perdieron Formosa y en 1895 China debió reconocer, bajo presión europea, la independencia de Corea. Además, los alemanes obtuvieron concesiones para la construcción del ferrocarril.
China siempre estaba en desventaja en los tratos. Los obreros chinos eran maltratados por los europeos, quienes a veces no les pagaban, también había problemas para comunicarse, ya que en China se hablaban muchos dialectos. La inconformidad de la población no se hizo esperar. Algunos chinos cuestionaban al gobierno; otros estaban en contra de la occidentalización y agredían a los misioneros y profesores extranjeros. Así se desarrolló la xenofobia en China, que derivó en la rebelión de los boxers o golpeadores virtuosos en 1900.
Los boxers atentaron contra las propiedades de los comerciantes extranjeros, destruyeron casas, fábricas, almacenes, escuelas y misiones. Los europeos se aliaron y vencieron a los rebeldes. Los intelectuales chinos se dieron cuenta que la única forma para detener la penetración occidental en el país sería derrocar a los gobernantes y comenzaron a promover un movimiento nacionalista de liberación. En 1905 se fundó el Koumitang o partido nacionalista del pueblo, cuyo lema era nacionalismo, democracia y reforma social. Su líder Sun Yat Sen propuso la limitación a la acción extranjera en China y comenzó la guerra contra los europeos.
Guerra hispanoamericana
Después de expandirse hacia el oeste y el sur, los estadounidenses abandonaron su política aislacionista, consolidaron su poderío en el continente y comenzaron una política más activa a nivel mundial.
La doctrina del Destino Manifiesto siguió siendo su principio rector y la Monroe su pretexto para intervenir en el continente americano. Estados Unidos de América no había participado en el reparto de África y Asia, por lo que su mira estaba puesta en el Pacífico y el Caribe. Con esa meta le disputó a los españoles sus últimas posesiones en el Pacífico sur y en el Caribe; ambas zonas estratégicas para el comercio y la obtención de recursos naturales que explotar.
El conflicto comenzó de manera premeditada por los estadounidenses. El triunfo sobre España fue rápido y la ocupación de Filipinas una realidad. El presidente MCKinley señalaba: «Estados Unidos tiene el deber de educar a los filipinos y hacer que progresen y que se cristianicen”. Usaron la fuerza durante tres años y llevaron un ejército de 60 mil marines; se anexaron también la isla de Guam, ubicada en el Pacífico occidental. La guerra en realidad se peleó en Cuba. Los cubanos deseosos de liberarse del dominio español habían comenzado su lucha desde 1868. Los cubanos hicieron varios intentos para lograrlo, destacando el liderazgo de José Martí y Antonio Maceo. La independencia no había prosperado, pero España vivía una gran crisis política, por lo que era el momento idóneo para la anunciada intervención. Los estadounidenses sostuvieron el movimiento de liberación y ello les creó tensiones con España.
Ya que los norteamericanos tenían diversos intereses, como el azúcar cubana y sus comerciantes presionaban al gobierno norteamericano para intervenir. Representantes estadounidenses tuvieron pláticas en la capital española para presionar al gobierno. Los diferentes sucesos entre ellos presagiaban cada vez más el enfrentamiento que finalmente tuvo lugar en 1898. La victoria fue para los estadounidenses y Cuba se independizó de España. Sin embargo, el pago fue caro, los estadounidenses establecieron un enclave en la bahía de Guantánamo desde 1903 y se aseguraron el derecho de intervenir en Cuba si los intereses de sus inversionistas se veían afectados.
En el Tratado de París, firmado para poner fin a la guerra, se convenía que España cedía a Estados Unidos de América los últimos territorios ultramarinos de su imperio. Así, la nación americana recibió Puerto Rico, una isla más del Caribe que quedaría como protectorado y no como parte integral de la nación estadounidense.
Dominación de África
El continente africano fue repartido entre las potencias europeas sin ninguna consideración, sobre todo a partir de la Conferencia de Berlín, convocada por los alemanes en 1884. En ella, las naciones europeas se repartieron el continente sin considerar a la población local y estableciendo las fronteras según sus intereses.

Los europeos justificaban su presencia diciendo que su misión era mitigar el “salvajismo” de los aborígenes, pero sus incursiones eran crueles. Durante la conquista de Sudán, Lord Kitchener ordenó se usaran ametralladoras y mataron a más de 10 mil sudaneses, cuyas armas no tenían el poder de las inglesas. Los militares ingleses sólo tuvieron 48 bajas y no ayudaron a los heridos, como lo deja ver un soldado inglés en su diario: “Pedían agua y que les ayudáramos, pero nuestros oficiales les volvieron la espalda». El mismo Kitchener convirtió la calavera de un líder sudanés en una escribanía.
El reparto del continente africano se hizo pensando en tener acceso a la materia prima. Los industriales y comerciantes europeos, apoyados por gobiernos locales, buscaron obtener ventajas diversas. En todos los dominios, protectorados o colonias saquearon las riquezas: especias, marfil, gemas, oro, productos animales y vegetales.
Portugal no permitió la evolución de sus posesiones hacia la autonomía, ya que los portugueses creían que los africanos eran un error de Dios. Su política de asimilación constituía, según ellos, un esfuerzo por corregirlo. Francia intentó asimilar lo africano convirtiendo en zonas de influencia en partes integrantes de su nación. Sin embargo, nunca planteó la posibilidad de que los africanos dirigieran sus propios asuntos. La política belga, por su parte, consistió en eliminar el descontento por la fuerza. Los belgas otorgaron oportunidades económicas a líderes rebeldes o con cierta autoridad entre las tribus para evitar sublevaciones.
Alemania sólo se preocupó por los diamantes y minerales que pudo obtener de su zona africana, mientras que Holanda estableció en su territorio el apartheid o sistema de segregación de la población negra con respecto de la blanca. Inglaterra no intentó hacer de África parte de la metrópoli, prefirió guiar sus colonias hacia la autonomía limitada. En el reparto de África surgieron nuevos actores que se oponían al predominio inglés, esto fue un factor que llevó a la posterior decadencia del predominio inglés.
El imperialismo europeo ocasionó, en un alto grado, la dependencia tecnológica del continente africano e impidió la formación de una conciencia nacional. Cada región adoptó el idioma, la estructura de gobierno y el sistema educativo y de producción que le impuso la metrópoli. Los africanos aprendieron la historia europea y perdieron gran parte de su identidad y su cultura.
1900: el inicio de un nuevo siglo
Aunque de manera convencional el nuevo siglo comenzó en 1900, para muchos estudiosos su inicio puede marcarse antes. Algunos historiadores afirman que comenzó en la década de 1880. En realidad, su percepción se debe a que desde ese momento y hasta 1914, el mundo vivió un periodo de relativa calma.
En realidad la paz era fingida, pues entre las naciones europeas existían muchas rivalidades debidas a las pretensiones imperialistas de unos y otros. Además, los progresos en el campo de las máquinas de combate hacían que la guerra cobrara un rostro cada vez más amenazador, capaz de poner en jaque el porvenir de toda una nación.

Había varias tensiones entre las naciones europeas, algunas se debían a procesos como el de la Unificación alemena, en el cual hubo eventos como:
- Se creó la Unión Aduanera Zollverein en 1834;
- Guerra de los Ducados en 1864, Alemania se anexionó Schlewig y Holstein, con la ayuda de Austria;
- Se dio la guerra Austro-Prusiana en 1886;
- En 1870 Guerra Franco-Prusiana, los alemanes se anexan Alsacía y Lorena.
Las naciones más poderosas se embarcaron en una carrera armamentista. Alemania, temerosa de sufrir un ataque francés de revancha por su enfrentamiento en 1870, contaban con un ejército de más de 600 mil hombres a fines del siglo XIX. El ejército francés tenía unos 550 mil soldados, el austriaco casi 400 mil y el ruso superaba el millón 300 mil efectivos.
El sistema de alianzas
Con el fin de guardar el equilibrio entre las potencias, se constituyó un peculiar sistema diplomático en el cual dos o más naciones, por medio de sus representantes, firmaban una serie de alianzas o tratados en los que se comprometían a cumplir
ciertas condiciones.
Las conferencias de 1899 y 1907 realizadas en La Haya, Holanda, tenían la finalidad de proponer acuerdos para limitar lao operaciones bélicas y la producción de armas. Pero quedó en propósitos, pues no se concretaron más que alianzas. Durante los primeros años del siglo XX existía la Triple Alianza, formada por Austria-Hungría, Alemania e Italia; su contraparte estaba agrupada en la Triple Entente, conformada por Francia, Inglaterra y Rusia.
La crisis del sistema de alianzas estalló en 1908, cuando Austria-Hungría se anexóBosnia Herzegovina en la región de Los Balcanes, la más oriental de las penínsulas europeas del mar Mediterráneo. Durante mucho tiempo, la península balcánica había sido considerada una zona de peligro o caliente”, pues serbios, croatas, húngaros y austriacos tenían viejas rivalidades y los sentimientos nacionalistas aportaban su cuota de tensión.
En 1914, el archiduque Francisco Fernando de Habsburgo fue asesinado en Boonia a manos de un nacionalista serbio (antiaustriaco). Las represalias de Austria no se hicieron esperar y Rusia decidió intervenir en favor de los serbios. A su vez, los alemanes entraron en el conflicto oponiéndose a los rusos. Francia, aliada de Rusia, anunció su participación y Alemania declaró la guerra a ambos países. Además, como Bélgica dejó pasar a los ejércitos alemanes hacia Francia, violando su
neutralidad, Inglaterra intervino también. Comenzaba así la Gran Guerra, la primera de orden mundial.
Primera Guerra Mundial
¿Qué fue?
Pelea en Europa de 1914 a 1918 entre dos grupos: Triple Entente Vs. Triple Alianza
Causas
- Decadencia de Inglaterra
- Nuevas potencias (EU, Japón, Italia, Alemania)
- Armamentismo alemán
- Rompen alianzas
- Expansión rusa
Inicio
Asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo en Bosnia a manos de un nacionalista serbio en 1914.
Desarrollo de la Primera Guerra Mundial
Tres fases:
- Guerra de fronteras
- Despliegue poderío inglés
- Guerra de trincheras
Fase 1
Japón toma territorios alemanes en China. Alemania ataca Francia para pasar a Austria-Hungría. Francia vence.
Fase 2
Se fortalecen estrategias de guerra, se producen armas. Italia y Grecia se unen a Entente para recuperar territorios. Bulgaria apoya a la Triple Alianza.
Fase 3
Los soldados trataban de hacer una vida normal en medio de la guerra, atrincherados. EUA se une a la Entente luego de los ataques de Alemania.
Armas utilizas
- Ametralladoras
- Aviones
- Submarinos
- Barcos
- Gases asfixiantes
¿Quién gano?
Nadie. Fue una guerra tan larga que se hizo incosteable. Eran ya muchos muertos, huérfanos, discapacitados y viudas. Los gobiernos querían acallar.
Solución
Italia, Austria y Rusia se retiraron. EUA contibuyó a la derrota de Alemania en 1918 y se firma armisticio exigiendo la renuncia del káiser Guillermo II.
Ventajas
Avances en medicina, creación de prótesis, nuevos medicamentos y técnicas. Uso de radios, cables submarinos y el sonar, un localizador de submarinos.
Paz de Versalles y sus consecuencias
Firmado el armisticio con Alemania, los países aliados se reunieron en París, en el Palacio de Versalles, para discutir los términos de la paz. A la Conferencia de París asistieron 27 países, pero fueron tres las figuras centrales que tomaron decisiones: el primer ministro de Inglaterra (David Lloyd George), el premier de Francia (Georges Clemenceau) y el presidente de Estados Unidos de América (Woodrow Wilson), quien presentó una iniciativa de paz en 14 puntos. Con ellos, en el plano ideal, buscaba que las naciones pudieran discutir sus diferencias y no llegar a una nueva confrontación armada.

Dichos puntos eran:
- Convenios abiertos y no diplomacia secreta en el futuro.
- Absoluta libertad de navegación en la paz y en la guerra fuera de las aguas jurisdiccionales, excepto cuando los mares quedasen cerrados por un acuerdo internacional.
- Desaparición, tanto como fuera posible, de las barreras económicas.
- Garantías adecuadas para la reducción de los armamentos nacionales.
- Reajuste, absolutamente imparcial, de las reclamaciones coloniales, de tal manera que los intereses de los pueblos merezcan igual consideración que las aspiraciones de los gobiernos, cuyo fundamento habrá de ser determinado, es decir, el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
- Evacuación de todo el territorio ruso, dándole a Rusia plena oportunidad para su propio desarrollo con la ayuda de las potencias.
- Plena restauración de Bélgica en su completa y libre soberanía.
- Liberación de todo el territorio francés y reparación de los perjuicios causados por Alemania en 1871.
- Reajuste de las fronteras italianas de acuerdo con el principio de la nacionalidad.
- Oportunidad para un desarrollo autónomo de los pueblos del Imperio austrohúngaro.
- Desocupación de Rumania, Serbia y Montenegro, concesión de un acceso al mar a Serbia y arreglo de las relaciones entre los estados balcánicos de acuerdo con sus sentimientos y el principio de nacionalidad.
- Seguridad de desarrollo autónomo de las nacionalidades no turcas del Imperio otomano, y el Estrecho de los Dardanelos libre para toda clase de barcos.
- Declaración de Polonia como un Estado independiente, al que además se le dotarla de un acceso al mar.
- Creación de una asociación general de naciones, a constituir mediante pactos específicos, con el propósito de garantizar mutuamente la independencia política y la integridad territorial, tanto de los Estados grandes como de los pequeños.
Liga de las Naciones
Sobre la base del último punto del documento de Wilson se fundó en 1919 la Liga de las Naciones, también conocida como la Sociedad de las Naciones, y cuya sede se estableció en Ginebra, Suiza. La integraban 32 países y 113 más fueron invitados a participar. Sin embargo, dejaron fuera a Rusia y a Alemania.
La conformación de la Liga marcó un cambio radical con los anteriores métodos de diplomacia; surgió a partir de la necesidad de una mayor organización y de cooperación internacional. La diplomacia tradicional era un sistema bilateral entre los gobiernos de países que, tras un conflicto, enviaban emisarios a negociar pactos o tratados para restablecer la paz entre ellos. Estos embajadores o ministros eran intermediarios entre sus naciones y pertenecían a una élite; llegaban a sus puestos por herencia o estatus y no por méritos, lo cual produjo resultados negativos, ya que los diplomáticos no siempre tenían cabal entendimiento de la economía internacional o de otros temas de carácter global.
Entre otras cuestiones, en la Carta de la Liga de las Naciones se acordó que las antiguas colonias de los países derrotados quedarían bajo un régimen de mandatos y que, cuando estuvieran en situación de sostenerse por sí mismas, recibirían su Independencia. De esta manera, la Liga de las Naciones beneficiaba solamente a las potencias vencedoras, y aunque otros países se quejaron, no fueron escuchados.
¿Cuáles fueron las consecuencias de la firma del Tratado y la conformación de la Liga? Algunos diplomáticos, pensadores, intelectuales y gobernantes fueron capaces de percibir que si bien la firma del Tratado de Versalles había traído la paz, ésta era inestable, pues se trató con severidad a algunas naciones.
A partir de la Primera Guerra Mundial surgió la nueva diplomacia, sistema que promovía el arbitraje y la seguridad colectiva como los medios más efectivos para evitar futuros conflictos armados. Se enfatizaba la cooperación multilateral entre naciones para resolver problemas políticos, económicos, sociales, humanitarios y técnicos de carácter global.
Aunque parecían novedosos, muchos de los conceptos en los que se basaba la nueva diplomacia no lo eran tanto.
Los países que perdieron la guerra no estaban conformes con sus nuevas fronteras. Además, su situación económica se vio afectada seriamente, en gran parte por las indemnizaciones que debían pagar a Francia, Inglaterra y Estados Unidos de América, quienes a su vez temían la propagación de grupos que provocaran movimientos de liberación en sus territorios o en sus colonias.
A esto se sumó la gran epidemia de influenza española, que causé mas muertes que la guerra. La escasez de mano de obra, sobre todo en el campo, agudizó los grandes movimientos migratorios y la desestabilización de los mercados laborales. Muchas personas se desplazaron a otros países de Europa y América, huyendo de las guerras civiles, de discriminación por raza y de las persecuciones religiosas e ideológicas.
Alemania tampoco quedó conforme, pues fue despojada de su categoría de gran potencia al perder territorios y restársele capacidad económica y militar. Estas condiciones crearon un ambiente agresivo en el que, al persistir el afán de revancha y el resentimiento, se generaron las condiciones para la siguiente guerra mundial.
El reparto promovido por los vencedores provocó el desmembramiento de antiguos imperios, como el ruso, el otomano y el astrohúngaro; agudizó los conflictos nacionalistas y provocó la creación de nuevos países. Finlandia, Checoslovaquia, Hungría y los reinos de serbios, croatas y eslovenos, que más tarde conformarían Yugoslavia, se desprendieron del Imperio austro húngaro, mientras que Turquía sustituyó al Imperio otomano. Austria tampoco estaba conforme, ni lo estaban las jóvenes naciones. Si a ello se añaden las tensiones nacidas entre otras potencias como Grecia e Italia, Bulgaria y Turquía, y las disputas y fricciones fronterizas, tendremos una idea aproximada del clima turbulento que reinaba en Europa al final de la guerra.
China tampoco quedó conforme, pues a pesar de haber peleado en el bando de los vencedores, no le devolvieron los territorios ocupados por Japón. Se retiró de la conferencia de paz y no firmó la Carta.
Por su parte, los estadounidenses se enteraron de acuerdos secretos entre los europeos y se retiraron de las negociaciones; nunca fueron miembros de la Sociedad de las Naciones. El ideal de un organismo de naciones que impulsara la paz no prosperó.
Fuente: Secretaría de Educación Pública. (2015). Historia Universal Contemporánea. Ciudad de México.
Categorías:Historia universal contemporánea, Preparatoria