Contenidos temáticos
- Introducción a los jardines verticales
- Aspectos a considerar en la construcción de un jardín
- Variables más importantes que afectan el costo
- ¿Cómo se hacen los jardines verticales?
- Tipos de plantas para jardín vertical
- Ventajas ambientales de los jardines verticales
Desarrollo del tema
1. Introducción a los jardines verticales
Una pared de cultivo ó muro verde es una instalación vertical cubierta de plantas de diversas especies que son cultivadas en una estructura especial dando la apariencia de ser un jardín pero en vertical.
Las plantas se enraízan en compartimientos entre dos láminas de material fibroso anclado a la pared. El suministro de agua se provee entre las láminas y se cultivan muchas especies de plantas. Las bacterias en las raíces de las plantas metabolizan las impurezas del aire tales como los compuestos orgánicos volátiles.
Las paredes activas se unen al sistema de circulación de aire de la construcción. Ventiladores soplan aire a través de la pared y luego es recirculada a través del edificio. Algunas paredes activas tienen superficies vidriadas para que los efectos de los flujos de aire sean más predecibles.
Las paredes inactivas o pasivas no tienen circulación de aire mecanizada. En vez de eso, están abiertas para promover, en la medida de lo posible, la libre circulación del aire.
Las paredes de cultivo son una forma de agricultura urbana o jardinería urbana. Suelen acometerse como un trabajo artístico por su belleza. A veces sirve para ayudar a la cura del síndrome del edificio enfermo, y en cualquier caso, incrementar los niveles de oxígeno en el aire de recirculación.
También es un medio de reutilización del agua, al menos del agua utilitaria. Las plantas pueden purificar el agua contaminada (agua gris) por digestión de los nutrientes disueltos. Las bacterias mineralizan los componentes orgánicos para hacerlos disponibles para las plantas.
Las paredes de cultivo son muy prácticas para ciudades, en especial en áreas verticales. También para áreas áridas, ya que el agua de circulación en la pared vertical es menos evaporable que en jardines horizontales.
En áreas áridas y calurosas, estas paredes pueden formar parte de las paredes externas de un edificio, y poder refrescarlas.

2. Aspectos a considerar en la construcción de un jardín
Los siguientes son algunos de los aspectos a considerar en la construcción de un jardín:
- Selección del sitio
- Orientación
- Zona climática y factores climáticos que podrían ser afectados al cambiar la iluminación o la humedad.
- Evaluación de la cantidad promedio de calor, luz solar y lluvia en el sitio del proyecto. Esto ayudará a los diseñadores a elegir plantas apropiadas para el jardín vertical.
- Áreas disponibles para crecimiento, tomar en cuenta el tamaño y profundidad de la plantación.
- Calcular el precio, ningún jardín vertical e es igual a otro, así que cada uno debe de tener costos y beneficios calculados individualmente.
3. Variables más importantes que afectan el costo
Las siguientes son algunas de las variables más importantes que afectan el costo:
- Tamaño y localización del proyecto.
- Tipo de sistema y requerimientos para su mantenimiento.
- Infraestructura (irrigación, drenaje).
- Disponibilidad, selección de tierra y materiales para plantas.
- Costos del diseño y mano de obra.
- Costos de mantenimiento a largo plazo. Determinar una agenda de mantenimiento es de suma importancia para la elaboración de un jardín vertical y depende de la asignación de tiempo suficiente para crear un programa de mantenimiento y la evaluación de resultados.
4. ¿Cómo se hacen los jardines verticales?
Las pequeñas parcelas de los jardines son colocados sobre una estructura que primero se cubre de un aislante, de manera que no afecte la superficie primaria donde se colocará el jardín, trátese de la gastada losa de un edificio antiguo o de el techo o pared exterior de una edificación moderna, reciente, más resistente; el caso es que el aislante no permita que el agua se permee a la base sólida.
Después de este paso se coloca una primera capa de sustrato hidropónico, que debe reunir características como:
- Retener humedad
- Permitir buena aireación
- Tener buena estabilidad física
- Ser química y biológicamente inerte
- Tener buen drenaje
- Tener capilaridad
- Ser liviano
- Ser de bajo costo
Encima se coloca un sistema de riego cerrado, mismo que es recubierto por una segunda capa de sustrato hidropónico. Es entonces cuando se siembran las plántulas, que provienen de una semilla que aún conserva sus cotiledones y que constan de raíz, tallo, yema y hojas germinales, y cuyo tamaño alcanza entre 6cm y 8cm.
El sistema utilizado trabaja con un sistema que reutiliza el agua convirtiendo parte de esta en brisa que constantemente humidifica las plantas que se desarrollan en cada jardín vertical.
5. Tipos de plantas para jardín vertical
Entre los tipos de plantas recomendadas para jardines verticales se pueden utilizar para producir una amplia variedad de verduras.
Aunque los diseñadores recomiendan que los vegetales más adecuados para su cultivo son el cebollino, perejil, tomate, albahaca, menta, fresa y romero.
El suelo fertilizado debe ser cambiado una vez al año y las nuevas semillas se pueden añadir en ese momento.
6. Ventajas ambientales de los jardines verticales
Las ventajas ambientales que se atribuyeron inicialmente a los jardines verticales y que han propiciado su desarrollo e implantación son posiblemente las más intuitivas. Colocados sobre las paredes más soleadas son capaces de reducir la temperatura interior de los habitáculos situados junto al muro ajardinado.
Algo evidente, pues actúan como una gran cortina húmeda, una eficaz barrera para el calor y la insolación, una gran cortina vegetal con gran valor estético. Esta disminución de la temperatura equivale a un importante ahorro de energía dentro del edificio, algo muy valorado en la construcción sostenible.
Sin embargo, este beneficio ambiental por sí solo no sería suficiente para justificar la promoción de la jardinería vertical como elemento necesario para el desarrollo sostenible de las ciudades, p ero son muchas más sus ventajas.
Los jardines verticales que contribuyen por una parte a la absorción del CO2, aunque sea de forma testimonial, cuyos niveles actuales están relacionados con el cambio climático global, tienen la importante facultad de retener el polvo ambiental, causante en ocasiones de procesos alérgicos atópicos en las ciudades. La colocación de plantas de hoja caduca favorece además la retirada de este polvo atrapado en el follaje.
Otra ventaja es que, gracias a su disposición vertical, crea flujos termodinámicos propios al enfriarse el aire más próximo por la evapotranspiración de las plantas, cayendo en cascada hacia la zona inferior empujando el aire caliente hacia arriba.
Este flujo, por imperceptible que parezca, es suficiente para enviar el aire depurado por el jardín vertical hacia las capas inferiores, a nivel peatonal, donde normalmente la concentración de contaminantes es mayor al quedar atrapado por los estratos más cálidos.
La jardinería vertical ofrece igualmente la gran oportunidad de introducir nuevas especies en la ciudad que eran imposibles en los ajardinamientos horizontales por diversas razones, entre ellas el tamaño, y que aumentan la biodiversidad vegetal urbana. Esta biodiversidad vegetal está unida casi siempre a un aumento de la diversidad animal, desde artrópodos a aves que pueden encontrar aquí un nuevo hábitat.
La contaminación acústica, tan importante y grave en las ciudades, se ve claramente reducida por el efecto amortiguador de las plantaciones. La disposición vertical de éstas provoca además la anulación del efecto rebote del sonido que convierte algunas calles en auténticos amplificadores.
Nuevos estudios han demostrado que al exponer las raíces al aire contaminado retiran de él, gracias a las bacterias asociadas a la rizosfera, muchos de los contaminantes más peligrosos del aire urbano, como son los compuestos orgánicos volátiles (COV).
La verticalidad de los ajardinamientos favorece este contacto directo de las raíces con el medio aéreo. Son por tanto auténticos des contaminadores urbanos.
Por todos estos motivos, la jardinería vertical aporta a las ciudades ventajas ambientales como las descritas, ventajas económicas por el ahorro en energía o en el gasto sanitario de enfermedades directamente relacionadas con la polución o ventajas socio ambientales al favorecer ciudades más habitables y naturales.
El edificio que incorpora un jardín vertical en alguna de sus fachadas no realiza, por tanto, la acción “egoísta” de beneficiarlo estética o económicamente, sino el “altruista” de mejorar considerablemente el medioambiente urbano que lo rodea.