Historia de México

México contemporáneo y sus problemas

Gobierno de Luis Echeverría Álvarez (1970 – 1976)

Cuando Luis Echeverría llegó al poder en 1970, el ambiente social y político era muy tenso. Su gobierno recibió desde un principio fuertes críticas como consecuencia de los trágicos acontecimientos del 2 de octubre de 1968, ya que ocupaba el cargo de secretario de Gobernación en el sexenio de Díaz Ordaz. A partir de 1968, el régimen comenzó a manifestar debilidades y fallas. El sistema entró en crisis, perdiendo rápidamente la legitimidad y estabilidad económica alcanzada en los años anteriores.

Luis Echeverría Álvarez

Para enfrentar ese escenario, Luis Echeverría se propuso tener un acercamiento con los sectores sociales más afectados. Empleó el lema “arriba y adelante”, para mostrar su disposición a cambiar las cosas, reconociendo la difícil situación política y económica en que se encontraba el país e invitando a los mexicanos a redoblar esfuerzos.

Para demostrar que su actitud reconciliadora era cierta, incrementó durante su gobierno en más de 1500% el presupuesto de la UNAM, aumentó los puestos en el gobierno (burocracia) pasando de 600 mil trabajadores en 1972 a más de 2.2 millones de trabajadores del Estado en 1976.

Echó a andar una política populista interna y en el exterior aumentó su presencia y activismo en foros internacionales, amplió las relaciones con otros países, mostró pluralidad ideológica y lideró a los países denominados del Tercer Mundo. En 1973 promulgó una reforma electoral donde se oficializaba el uso de la credencial de elector y se alentaba la formación de nuevos partidos políticos, predominando los de ideología de izquierda.

A pesar de las buenas intenciones en el discurso, el 10 de junio de 1971 hubo otra manifestación estudiantil en la ciudad de México que fue reprimida.

Echeverría negó cualquier nexo con ese grupo y exigió la renuncia al regente de la ciudad de México, Alfonso Martínez Domínguez, y al director de la policía, Rogelio Flores. Al final no hubo castigo para los responsables.

En materia de política económica, hubo un exceso en el gasto público sin contrapartida en un aumento en los ingresos para financiarla, lo que provocó un importante incremento de la inflación. Al final de la administración había fuertes inconformidades tanto en el sector obrero como en el sector empresarial.

A partir de 1973 el incremento en la deuda externa —que pasó de 6 mil millones de dólares en el gobierno de Díaz Ordaz a 20 mil millones de dólares— y la disminución de la inversión privada se tradujeron en un incremento importante del déficit público.

La suma de todos estos factores provocó una grave crisis económica en 1976, que se reflejó en una fuerte devaluación del peso frente al dólar de más de 50%. A partir de 1976 se hicieron recurrentes las crisis económicas y al finalizar cada sexenio.

Gobierno de José López Portillo (1976 – 1982)

La presidencia de José López Portillo estuvo llena de contrastes, por un lado se anunció a la nación que se iba a “administrar la abundancia” y por otro, el presidente terminó pidiendo perdón al pueblo de México por la peor crisis económica vivida hasta ese momento.

José López Portillo

Después de la crisis heredada por Luis Echeverría, López Portillo centró sus esfuerzos en la explotación de hidrocarburos, solicitando préstamos a la banca mundial para explorar nuevos yacimientos y mejorar la infraestructura de Petróleos Mexicanos.

Al principio de su sexenio, las cosas parecían ir bien. Gracias a factores externos como la interrupción de la venta de petróleo a Estados Unidos y a Europa por parte de los países árabes, México se convirtió en uno de los principales exportadores de
petróleo del mundo en ese momento.

Además, se descubrieron importantes yacimientos de petróleo en Chiapas, Tabasco y Campeche. Por los altos precios del petróleo, la economía llegó a depender de las ganancias del denominado “oro negro”. El PIB creció hasta 8% y se redujo el desempleo 50%..

Fue entonces cuando el presidente afirmó que quería administrar la abundancia y solicita más créditos a la Banca Internacional, ya que se pensaba que las reservas de carbono con el petróleo eran inagotables.

Con las grandes ganancias, producto de la venta de petróleo y de los créditos internacionales, aumentó el gasto público y la inversión, con la finalidad de acelerar la modernización e industrialización del país. La abundancia de recursos provocó
despilfarro. Para su mala suerte, en 1981 bajaron drásticamente los precios del petróleo y el país se sumergió en una nueva crisis.

Se multiplicó la deuda externa, al pasar de 21 mil millones de dólares en 1977 a casi 76 mil millones de dólares en 1982. El peso mexicano se devaluó 866%, los capitales extranjeros abandonaron el país y el gobierno mexicano se vio obligado a tomar medidas extremas, como expropiar cerca de 6 mil millones de dólares a cuentahabientes que tenían ahorros respaldados en esa moneda.

Para tratar de frenar la fuga de capitales, el presidente López Portillo tomó la decisión de nacionalizar la banca para controlar el mercado de cambio de divisas.

En el plano político, la Ley de las organizaciones políticas y proceso electorales abrió espacios importantes a la participación de la oposición en la Cámara de Diputados, especialmente en la discusión del presupuesto.

Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982 – 1988)

El presidente Miguel de la Madrid asumió el poder en uno de los peores momentos del país, ya que éste se encontraba sumido en una profunda crisis económica.

Miguel de la Madrid Hurtado

Para resolver esta difícil situación, incorporó a su gabinete a una nueva generación de funcionarios públicos. La llegada al poder de este grupo provocaría fuertes movimientos al interior del grupo gobernante y comenzaría a generar una nueva visión del proyecto revolucionario.

Destacan en este periodo, la creación de un sistema de planeación democrática del desarrollo, un fuerte impulso a la apertura comercial, la desregulación, la descentralización y la privatización de algunas empresas estatales, en contraste con lo realizado por los gobiernos anteriores, que habían provocado que el Estado absorbiera demasiadas atribuciones, haciéndolo obeso. A lo largo de su sexenio se redujo de 1155 a 413 el número de empresas paraestatales, es decir, administradas y pagadas por el Estado.

Puso en marcha una política de responsabilidad compartida, conocida como los Pactos de Crecimiento Económico, que consistían en suscribir acuerdos entre el gobierno federal y los sectores sociales y productivos del país para comprometerse públicamente a no aumentar los precios de los productos de la canasta básica, mientras el gobierno subsidiaba buena parte de los costos. Esto trajo como consecuencia cierta estabilidad, pues hubo productos que de la noche a la mañana cambiaban de precio de acuerdo con la inflación, que llegó a cifras de 4,000%.

Rompiendo los paradigmas de una economía cerrada, que prevaleció en México durante muchos años, en enero de 1986, nuestro país suscribió el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), antecedente de la creación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte. Además, renegoció la deuda externa y aplicó en su gobierno una política de austeridad en el gasto público. Conjuntamente, echó a andar en el país una campaña conocida como “la
renovación moral de la sociedad”, para diferenciarse de los gobiernos anteriores y demostrar que iba en serio su lucha contra la corrupción. Encarceló a algunos funcionarios identificados con la impunidad y corrupción durante el sexenio de José López Portillo.

El aparente éxito en las políticas económicas de Miguel de la Madrid contrastó con la lentitud para atender al desastre causado por el terremoto que afectó severamente varias regiones del país y la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985.

Esta desgracia despertó la solidaridad de los mexicanos. Algunos autores sostienen que este terremoto contribuyó al surgimiento de una nueva sociedad organizada para participar en la resolución de asuntos de orden público. La sociedad dejó de esperar respuestas del gobierno y construyó sus propias soluciones.

Para finales del sexenio, la economía entró nuevamente en crisis, el peso sufrió una nueva devaluación, ahora de 55% y la inflación alcanzaba tasas de 160%, afectando gravemente la economía familiar.

Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988 – 1994)

El agotamiento de un modelo de crecimiento, su impacto en las condiciones de vida de la población y la creciente inconformidad social propiciaron el surgimiento de una oposición política nunca antes vista en el país. Para las elecciones de 1988 contendieron tres grandes fuerzas políticas: el partido gobernante (PRI) que postuló como candidato a Carlos Salinas de Gortari, el Frente Democrático Nacional (FDN), una suma de partidos de izquierda junto con una corriente crítica al interior del PRI, que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el PAN, que contendió con Manuel J. Clouthier.

Carlos Salinas de Gortari

Después de la “caída” del sistema de cómputo electoral se anunció el triunfo de Carlos Salinas de Gortari con 50.4% de los votos. Este resultado fue cuestionado, por lo que Salinas asumió el poder en un ambiente de poca legitimidad. Para recuperar la confianza ciudadana, mandó a encarcelar al líder petrolero Joaquín Hernandéz Galicia (La Quina).

Adicionalmente, instrumentó importantes reformas a la Constitución en varios frentes. A nivel constitucional a los artículos 3, 5, 27 y 130 con un impacto en la educación secundaria porque a partir de este momento se hizo obligatoria; se abrió la posibilidad de privatizar los ejidos y capitalizar el campo mexicano, así como restablecer, después de muchos años, las relaciones con las iglesias.

En materia económica, Salinas actuó en dos frentes: en 1987 promovió al interior del país un Pacto de Solidaridad Económica (PSE) a la manera de su antecesor Miguel de la Madrid, donde involucró a las principales fuerzas económicas. En el ámbito externo, renegoció la deuda abriendo espacios para un mayor crecimiento económico e impulsó fuertemente la apertura comercial.

Para 1991 ya negociaba la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y Canadá. En 1992, el TLC fue firmado por los presidentes de México, Estados Unidos y el primer ministro de Canadá, entrando en vigor en estos países
el 1 de enero de 1994.

El presidente Salinas impulsó “El Liberalismo Social”, promoviendo el adelgazamiento de la estructura del Estado, la privatización de empresas estatales y la propia banca comercial, que López Portillo había nacionalizado en 1982.

Así, el gobierno se deshizo de aerolíneas, tiendas populares, compañías mineras y siderúrgicas, de Teléfonos de México y la televisión abierta, dejándolos en manos del capital privado.

En cuanto a su política social, Salinas, puso en marcha el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), que se convirtió en su principal programa sexenal. Destinó enormes cantidades de recursos para su aplicación en zonas marginadas, abarcando obras y servicios básicos de salud, educación, caminos rurales, electrificación, agua potable, etc. La virtud de este programa consistió en involucrar a los beneficiarios en la propuesta, ejecución y supervisión de las obras.

En materia política, Salinas negoció espacios de poder a cambio de la aprobación de sus reformas constitucionales. De esta manera, se reconocieron por primera vez los triunfos electorales de la oposición (PAN) en entidades como Baja California Norte, Chihuahua, Jalisco y Guanajuato.

En 1990 se creó el Instituto Federal Electoral (IFE) como un organismo especializado en la organización de procesos electorales y con libertad de actuación, lo que generó mayor certeza en los resultados electorales del país.

En pocos años, Salinas se había ganado la confianza de propios y extraños. En 1993, ya restablecidas las relaciones con la Iglesia católica, Salinas recibió en calidad de jefe de Estado de la ciudad del Vaticano al Papa Juan Pablo !l, quien
realizaba su segunda visita a México.

Gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994 – 2000)

Luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo asumió la candidatura del PRI a la presidencia de la República y se convirtió en el último Presidente de México del siglo XX emanado del partido oficial. En el año 2000 entregó la banda presidencial a un político emanado de la oposición: Vicente Fox Quesada.

Ernesto Zedillo Ponce de León

Recién llegado a la presidencia, Zedillo tuvo que enfrentar una nueva crisis financiera, de enormes magnitudes. Entre las consecuencias más significativas estuvieron la devaluación del peso en un 40% y se llevó a cabo un rescate multimillonario a los bancos, mejor conocido como Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro).

Como parte del rescate, el gobierno adquirió la deuda bancaria, consistente en ese momento en 552 mil millones de dólares, lo que representaba 40% del PIB del año 1997, casi dos terceras partes del presupuesto a ejercerse en 1998 y el doble de la deuda pública interna del país. Esta situación afectó a miles de empresas y familias que vieron afectado su patrimonio de la noche a la mañana.

Gracias al respaldo de instituciones financieras internacionales y el gobierno de Estados Unidos, y a la aplicación estricta de medidas financieras, Zedillo pudo iniciar la recuperación de la economía del país. Al finalizar su sexenio, los altos precios del petróleo aceleraron dicha recuperación, aumentaron los empleos y la economía creció a niveles más elevados.

El gobierno de Zedillo no estuvo exento de hechos violentos. En 1995, policías estatales de Guerrero asesinaron a 17 campesinos pertenecientes a la comunidad de Aguas Blancas, del municipio de Coyuca de Benítez y en 1997, se vivió una masacre en la comunidad de Acteal, perteneciente a la región de los Altos de Chiapas, donde murieron 45 personas.

En materia política, Zedillo continuó la etapa de apertura y democratización del país. En 1997, la primera vez que los capitalinos eligieron su gobierno, reconoció el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas, quien se convirtió en el primer jefe de Gobierno del Distrito Federal, proveniente de las filas del PRD.

En ese mismo año el PRI perdió por primera vez la mayoría en la Cámara de Diputados, lo que significó un avance en el equilibrio de poderes. La oposición en voz del PAN contestó, por primera vez en la historia, un informe presidencial.

Vientos de cambio soplaban en el país y la oposición continuó avanzando en la conquista de posiciones, tanto en el Poder Legislativo como en las gubernaturas de los estados y en infinidad de presidencias municipales, lo que permitió la llegada a la presidencia de República de un partido político distinto al que había gobernado al país durante casi 70 años.

Gobierno de Vicente Fox Quesada (2000 – 2006)

Vicente Fox era un empresario que a finales de la década de 1980 se incorporó a la actividad política. Fue diputado federal por el estado de Guanajuato en 1988 y gobernador de ese mismo estado en 1995.

Vicente Fox Quesada

Inició su campaña presidencial con un año de anticipación y fue postulado por la coalición PAN-PVEM en la denominada Alianza por el Cambio, venciendo en las urnas -con 42.5% de los votos.

Por primera vez en cuatro sexenios, no hubo devaluación ni crisis económica con el cambio de gobierno. Fox integró a su gabinete a personajes cercanos a la sociedad, aunque la falta de experiencia en el servicio público tuvo impacto en el desempeño del gobierno

En su gobierno se manejaron adecuadamente los indicadores económicos pero los efectos causados por los atentados terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001 afectaron la agenda México-Estados Unidos y la
economía nacional. Estos atentados también postergaron las negociaciones para una posible reforma migratoria que hasta la fecha no ha sucedido.

A pesar de haber llegado al poder con una gran popularidad y aceptación, Vicente Fox no contó a lo largo de su sexenio con la mayoría legislativa necesaria para aprobar los cambios que el país demandaba.

La falta de acuerdo entre los partidos políticos, impidió aprobar reformas estructurales como la energética, laboral y fiscal, frustrando en parte las altas expectativas de cambio generadas por la alternancia en el poder.

Durante esta administración, se fortaleció la división de poderes y el libre ejercicio de la crítica a través de los medios de comunicación.

Se creó el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI). En 2001 se transformó la Policía Judicial Federal en la Agencia Federal de Investigación (AFI), como una instancia especializada en combatir el secuestro, el crimen organizado y el narcotráfico.

En cuanto a la política social, se modificaron las reglas de operación y se ampliaron los recursos para Programas como Oportunidades, programas de apoyo a adultos mayores, becas escolares y se arrancó el Seguro Popular, para brindar acceso gratuito a los servicios de salud a todos los mexicanos que no cuentan con seguridad social.

La política exterior tuvo algunos desencuentros con los mandatarios de Cuba (Fidel Castro), Venezuela (Hugo Chávez), Brasil y algunos otros países como Argentina, Paraguay y Uruguay. La política exterior de esta administración recibió críticas por su cercanía con Estados Unidos.

Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006 – 2012)

Felipe Calderón llegó al poder con una diferencia de 0.58% de los votos respecto a su opositor más cercano, quien organizó manifestaciones y cierre de calles durante semanas, argumentando un fraude electoral.

Felipe Calderón Hinojosa

Aunque su campaña se enfocó en el aspecto económico y se propuso a los electores como el “presidente del empleo”, aunque esta meta no fue alcanzada. Una de sus primeras acciones de gobierno se centró en el combate al crimen organizado, siendo Michoacán el lugar de inicio de esa estrategia.

De acuerdo con cifras proporcionadas por la Procuraduría General de la República, hasta enero de 2012 habían muerto más de 47 mil personas vinculadas a hechos violentos en el país. Esta estrategia fue muy cuestionada y recibió críticas.

Mantuvo un buen manejo de los indicadores económicos, aunque no pudo cumplir con las expectativas de crecimiento y generación de empleos, en alguna medida debido a factores económicos externos como la crisis inmobiliaria en Estados Unidos y la recesión económica mundial que en 2009 golpeó fuertemente al país. Se vivió una contingencia sanitaria producto de la influenza AH1N1.

Aunque no se cumplió con la meta del empleo, la economía creció a una tasa anual promedio de 2.5% a lo largo de los seis años de gobierno, con una inflación controlada, reservas internacionales elevadas y un reducido endeudamiento público.

Enrique Peña Nieto (2012 – 2018)

Peña Nieto prestó juramento como presidente de México el 1 de diciembre de 2012 en el congreso federal. Su elección marcó el regreso del Partido de la Revolucionario Institucional al poder.

Enrique Peña Nieto

Durante sus primeros cuatro años, Peña Nieto lideró una ruptura expansiva de los monopolios, liberalizó el sector energético de México, reformó la educación pública y modernizó la regulación financiera del país. Sin embargo, el estancamiento político y las acusaciones de sesgo de los medios de comunicación empeoraron gradualmente la corrupción, el crimen y el tráfico de drogas en México.

Caídas mundiales de los precios del petróleo y desaceleración económica de la década de 2010 hizo que sus reformas económicas fueran moderadamente exitosas, lo que redujo el apoyo político a Peña Nieto. Su manejo del secuestro masivo de Iguala en 2014 y la fuga del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán de la prisión del Altiplano en 2015 generó críticas internacionales.

Las evaluaciones históricas y las tasas de aprobación de su presidencia fueron en su mayoría negativas. Los detractores destacaron una serie de políticas fallidas, escándalos de corrupción y una presencia pública tensa, mientras que los partidarios notaron una mayor competitividad económica y una relajación del estancamiento. Dejó el cargo con una tasa de aprobación de solo el 18% y el 77% de desaprobación. Peña Nieto es visto como uno de los presidentes más controvertidos y menos populares de la historia de México.

Fuente: Secretaría de Educación Pública. (2015). Historia de México II. Ciudad de México.